El Arte como expresión del pensamiento
El arte es el mensaje interno que expresa un individuo que tiene el poder de llegar a la fibra sensible de los otros a través de la emoción.
Es la forma ideal para expresar pensamientos, sentimientos, ideas, estados de ánimo y modos de ver el mundo; y es la mejor manera, y también la más directa, de llegar al auto conocimiento.
Una creación artística lleva el alma de su autor como si fuera la prolongación de él mismo. Esta es la razón por la que cada obra de arte es única y no puede ser replicada exactamente, incluso por el mismo artista. Cada pincelada, cada nota musical, cada palabra escrita, es un reflejo del estado emocional y mental del artista en ese preciso momento.
La armonía de la estética conduce a la belleza, que es la forma más sublime de expresar los pensamientos. Sin embargo, el arte no se limita a la belleza. También puede ser una representación de la fealdad, del caos, de la angustia. En este sentido, el arte es un espejo de la realidad, en todas sus formas y manifestaciones.
Las palabras no alcanzan para expresar todas nuestras más profundas emociones, pero el arte es la expresión pura de los sentimientos, que sin necesidad de ningún código convencional les puede llegar a todos.
El mensaje artístico puede ser el estímulo para que el observador se descubra, porque al interpretarlo proyecta a su vez su mundo interno. El arte tiene la capacidad de evocar en nosotros emociones y pensamientos que a veces ni siquiera sabíamos que teníamos. Puede hacernos sentir conectados con el artista, con los demás, y con nosotros mismos de una manera que pocas otras cosas pueden.
Todo lo que conmueve es arte, porque captura nuestra atención le da un significado y genera una sensación. El arte es como la imaginación, no tiene límites ni fronteras y nos invita a la reflexión. Nos desafía a cuestionar nuestras creencias y percepciones, a explorar nuevas ideas y perspectivas.
El arte puede devolvernos la salud, porque es capaz de restablecer la armonía perdida. Puede destruir estructuras rígidas y enseñar a ampliar horizontes e ir más allá de uno mismo. El arte puede ser una forma de terapia, un medio para procesar y expresar emociones que de otra manera podrían ser abrumadoras.
El arte puede adquirir dimensiones sagradas porque se identifica con lo eterno e inmutable y tiene el poder de iluminar el alma. En este sentido, el arte puede ser una forma de meditación, una forma de conectarse con lo divino, con lo trascendental.
El arte es transformador, enriquece, modifica conciencias y se transmite como reguero de pólvora. El arte verdadero no se puede apreciar sólo con los ojos, tiene que llegar al corazón y a las vísceras.
En el arte aparecen en forma realista o simbólica todos los fenómenos de la vida, el amor, la alegría, el dolor, la tristeza, el trabajo, la sociedad, el cuerpo, la familia, la ancianidad, la juventud, la niñez, los conflictos, los símbolos, la naturaleza, la enfermedad y la muerte; y puede cambiar al hombre y al mundo.
La verdadera belleza no se ve a simple vista ni es superficial, porque es una idea y se encuentra en las profundidades del alma. El arte exige libertad e independencia para ser completamente nuevo y puro y debe superar estructuras y modas para poder ser diferente.
Hoy es difícil que el arte se atreva a ser único y no respete las leyes del marketing. La unicidad deja de ser única para pasar a ser parte de una serie, obedeciendo las reglas sociales del mercado.
Ahora, nada es completamente nuevo porque todo es repetido, imitaciones de imitaciones, copias exactas, respondiendo a una necesidad, tiene que ser algo que se venda.
Los artistas también tienen que vivir, entonces hacen publicidad, y despliegan su creatividad participando en el propósito comercial de aumentar el consumo.
El arte también es un negocio y sirve para decorar una casa según los dictados de la moda. Puede ser barroco, minimalista, realista o abstracto y no importa que no nos llegue al alma, ni siquiera a la suela de nuestros zapatos, pero que sirva para armonizar el ambiente, ser funcional, útil para algo. Sin embargo, a pesar de todas las presiones comerciales y sociales, el arte siempre encontrará una manera de expresar la verdad, de tocar nuestras almas y de transformar el mundo a su alrededor.