El Arte sin Arte
Para Platón el arte es una imitación de la realidad y todo lo que se aparta de lo verdadero es un error y un trabajo inútil.
Sin embargo, el arte es apreciado por todas las personas sensibles que pueden ver más allá de lo concreto.
Claro que Platón vive en una época en la que el arte es figurativo y tan realista que hasta los pájaros intentan comerse las uvas pintadas.
A lo que se opone Platón es a la pretensión mundana de quienes practican el arte.
La fotografía fue la que hizo que el naturalismo pictórico declinara a fines del siglo XIX.
Kant y Hegel consideran a la pintura artística una forma de expresión, considerando que el reflejo fiel de la naturaleza no es el propósito del arte ni su único criterio de calidad.
El arte debe ser estético y agradar a la vista y no tener otra finalidad.
Para Kant, la calidad del arte la expresa la facultad natural del genio del artista y no la técnica para reproducir la naturaleza.
El arte impresiona el juicio del gusto y es respetado si revela armonía.
Para Kant, una obra de arte no expresa la pureza ni el carácter moral de la naturaleza.
Para Hegel, el arte mueve el pensamiento hacia el conocimiento y el espíritu, más cuando la idea se imponga, desaparecerá.
El arte contemporáneo pretende priorizar el mensaje sobre la belleza, la calidad sobre lo vulgar o industrial; está sujeto al mercado, a la crítica y a las instituciones que otorgan a los autores la cualidad de artistas. Artistas sin arte dice J.P. Domecq, quien los tilda de malhechores.
Para Platón el arte es algo que se ofrece a la vista pero es la apariencia de una apariencia de lo real, para los que están en contra del arte contemporáneo, el arte no ofrece nada a la vista pero pretende decir cosas que no siempre interesan.
El público popular rechaza las obras con deshonroso contenido que juegan con las prohibiciones, traspasando la frontera de la estética que abandonaron hace rato; porque casi siempre son símbolos abstractos que nadie entiende y que el autor tampoco puede explicar.
En estos tiempos, el contenido de las denominadas obras de arte, no tiene precedentes, porque cualquier cosa puede ser arte, destinado más a expresar ideas políticas, sociales, morales y humanas, sin tener cuenta la estética.
Walter Benjamin (1892-1940) filósofo y crítico de arte alemán, es uno de los que tomaron conciencia de la mutación que sufrió el arte en el siglo XX. En la obra de arte es su “aura”, o sea el sentimiento de lontananza” lo que le confiere el carácter único. Sin embargo Benjamín, no desdeña la cultura de masa que con el cine y la fotografía liberaron la imagen del arte ceremonioso que impedía el acceso a las bellas artes.
Para Nelson Goodman, (1906-1998), el arte y la ciencia no se oponen porque la experiencia estética también es una experiencia cognitiva.
Las artes nos permiten ampliar nuestro conocimiento y comprensión de la realidad, pero primero hay que distinguir su dignidad de arte verdadero.
Fuente: “Filosofía Hoy”; “Las grandes preguntas de la filosofía”.