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Dos corrientes filosóficas

Publicado por Christian

El filósofo PitágorasTal y como hemos podido observar de forma detenida en el anterior post («Los primeros filósofos«), conocimos las características fundamentales a destacar en esos «primeros filósofos», conociendo asimismo por qué eran denominados de tal forma.

Ahora en este punto, y no con ciertas reservas, es posible clasificar a estos primeros filósofos (sabios de la razón y la lógica), en dos «familias», las cuales responderían a dos tradiciones bien distintas: la tradición mística itálica y la tradición científica jónica.

Los primeros se caracterizaban en sí por poseer una tendencia más bien «metafísica», y religiosa, como puede llegar a entreverse en toda la amplitud de sus palabras. Y es que, si no están en sí influenciados por el movimiento órfico, sí tienen, al menos, notables e importantes semejanzas con éstos. El pitagorismo, con su fundador, Pitágoras, son los principales representantes, pues incluso llegó a representar a su vez un movimiento político de carácter conservador.

En otro punto, Parménides y su escuela podrían incluirse también en este lugar, aunque difieren muy mucho de los pitagóricos.

Los segundos (recordemos, la tradición científica jónica), son denominados también como «físicos», dado que su interés se centra principal y fundamentalmente en la Naturaleza, inspirándose, probablemente, en elementos primarios tomados de la ciencia tanto mesopotámica como egipcia, substituyendo representaciones antropomórficas de los mitos, por elementos puramente naturales, e incluso llegan a elaborar cosmologías de corte filosófico-científico.

Y es que el renacimiento propiamente jónico fue un verdadero movimiento de cultura popular, que encontró, como es lógico, la oposición de una aristocracia que se apoyaba en la representación tradicional del mundo, pues no hay que olvidar que éstos hacían descender a sus familias de los propios dioses.

La expulsión, no en vano, de Anaxágoras de Atenas sería una prueba concluyente de que la filosofía tiene también claras consecuencias políticas. Esta tradición concluirá con Demócrito, teniendo una notable manifestación en la medicina hipocrática, renovándose más tarde con Epicuro.