Escuelas filosóficas
Las tres corrientes principales dentro de la filosofía del helenismo fueron la hedonista, la moralista y la escéptica. De esta forma, surgieron tres escuelas nuevas que se unieron a las ya existentes, a la Academia de Platón y la peripatética de Aristóteles, y que recogían cada una las principales ideas de las tres corrientes de pensamiento imperantes. Así, la hedonista fue asimilada por los epicúreos, que desarrollaron una filosofía principalmente materialista, mecanicista y sensualista; la doctrina moralista fue recogida por los estoicos; siendo la tercera asumida bajo la misma denominación, escéptica, así que sus seguidores era los escépticos, cuya filosofía era más bien negativa, ya que entendían que todos los problemas que acuciaban a la humanidad no tienen solución o, cuando menos, somos incapaces de encontrarles solución, así como que cualquier juicio es inseguro, desconfiando de la verdad.
Naturalmente, esta última escuela no podía tener una buena relación con las teorías dogmáticas, pudiendo concordar, solamente en cierta medida, con los epicúreos. Por supuesto, nos referimos a una relación ideológica, no a que los defensores de una escuela se pegaran por la calle cuando veían a los de la otra, ni que se montaran peleas callejeras entre estoicos y escépticos, gritando unos que la verdad nos hará libres mientras los otros, negando la mayor, les espetaban que la verdad no existe. Aunque la imagen pueda resultarnos graciosa no parece que se acerque mucho a la verdad, esa de la que dudaban los escépticos.
En cualquier caso, obviando la digresión anterior, y al margen de la escuela escéptica, dentro de las escuelas dogmáticas, los dos polos opuestos eran copados por un lado por los materialistas epicúreos y por otra por los idealistas platónicos. Entre medias podríamos situar a los peripatéticos seguidores de Aristóteles y a los estoicos. Aunque puestos a elegir bando, ambas corrientes de pensamiento eran más cercanas a Platón que a Epicuro.
Finalmente, y gracias o por culpa de la afinidad existente entre los seguidores de Platón, de Aristóteles, recordemos que fue discípulo del anterior, y de los de Zenón de Citia —que vivió entre los siglos III y II antes de Cristo, dando clases en los pórticos atenienses (stoa), y al que se le considera padre del estoicimos— surgió con el tiempo una nueva escuela filosófica, la ecléctica, algo así como un collage platónico, aristotélico y estoico, tratando de aunar todo el pensamiento filosófico antiguo, que no fuese ni escepticismo ni materialismo, quedando excluido, entonces, el hedonismo.
Al margen de estas corrientes de pensamiento, o mejor dicho, de los cambios surgidos en el seno de alguna de ella, evolucionaron nuevos sistemas filosóficos, como el de los neoplatónicos, que se alejaron de los principios realistas de los epicúreos de los estoicos, acercándose a los escépticos, al acentuar los elementos más especulativos y trascendentales de la filosofía de Platón.
Lo que sí tenían en común todas las corrientes filosóficas anteriores fue considerar la teoría estética como algo secundario. Además, al ser tratados los problemas por escuelas, carecían de grandes nombres, sobre todo en el campo de la estética.
Por supuesto, siempre suele haber excepciones y, en este caso, nos encontramos las de Cicerón y Plotino.
Imagen: locurafilosofica.wordpress.com