Conociendo de cerca el Neoplatonismo
Fue fundado por el filósofo Plotino, nacido en la ciudad de Licópolis, en Egipto, y discípulo del maestro en Alejandría, Ammonio Saccas (maestro considerado más bien de vida espiritual, quien enseñaba el arte de purificar el alma uniéndose a la misma divinidad).
Poco después de llegar a Roma, y tras realizar una expedición con el emperador Gordiano (algo que llevó a cabo con el objetivo expreso de ponerse en contacto con las filosofías tanto indica como persa), decidió fundar una escuela de filosofía que desde los primeros momentos de su existencia, consiguió gran importancia.
Según sus características fundamentales, Plotino destaca por ofrecer un comentario certero y exacto con respecto a las distintas y diferentes obras llevadas a cabo por Platón, siendo a su vez un místico que parte de la contemplación de Dios, a quien denomina el «Uno», elemento que es trascendente, estando más allá del ser, de la substancia propia, de la mente y de la ciencia, dando pie al origen de la denominada como «teología negativa».
La emanación de este «Uno» (o Dios, según se mire), es una emanación que no ha de ser considerada propiamente como una creación en sí: la primera sería la inteligencia, la cual es díada e implica la distinción entre dos elementos bien diferentes, el objeto y el sujeto; el alma del mundo, puente intermedio entre el mundo tanto sensible como inteligible (que ya distinguimos en Platón); finalmente la materia, a través de la cual se llegaría a la oscuridad total, aunque iluminada por esa forma que es el sustrato de todos los seres presentes, con cuerpo físico.
Plotino indica no en vano que «somos el alma», denominación propia que pondría de manifiesto que su concepción del hombre es puramente dualista, pues todas esas almas procederían de una sola: el alma del mundo. Y es que el hombre, sería considerado por este hecho como el centro del cosmos, en el cual se inicia un proceso de retorno al Uno, mediante una purificación continua que elimina todas las diferencias.