Inspiración y Experiencia
A mediados del siglo 19 se enfrentaron en una gran batalla los ejércitos de Napoleón III contra Austria, en Solferino, lugar situado al norte de Italia.
Henri Dunant, un empresario de Ginebra, tuvo oportunidad de ser un testigo de esa batalla, porque se encontraba allí circunstancialmente.
Impresionado por los cruentos hechos, donde los austriacos fueron derrotados, que dejaron un saldo de 40.000 soldados masacrados, y que a pesar de sus terribles heridas no recibieron ninguna ayuda; no sólo se inspiró para escribir un libro titulado “Un recuerdo de Solferino”, sino que además creó una organización humanitaria para que se encargara del cuidado de los heridos de guerra y aliviar de algún modo las crueles consecuencias humanas que ocasionaban las batallas.
Fue el origen del Comité Internacional de la Cruz Roja, que en un principio consistió en una institución poco relevante, surgida de la reunión de Dunant con cuatro de sus amigos, en la ciudad de Ginebra, que trató de establecer reglas de guerra para paliar el sufrimiento de las víctimas.
Dunant era el hijo de una familia rica de Ginebra que había fracasado en el colegio y que había comenzado a trabajar en una casa de cambio. Pero era también una persona con ideales humanistas que pronto consiguió apoyo de personas con los mismos principios y que en pocos años logró que 16 países firmaran la primera Convención de Ginebra que proporcionaría protección para los hospitales y para el personal médico que estuviera ocupándose de los heridos de guerra, los cuales deberían se tratados de una manera igualitaria sin distinción de bandera. Al mismo tiempo crearon el símbolo de la Cruz Roja; que representa la ayuda humanitaria y que consta de una cruz roja sobre fondo blanco.
Miembros de esta institución celebran este año el 150 aniversario de su creación en Solferino; y cada uno de ellos tiene su propio relato sobre las contiendas modernas, que ahora son diferentes porque pierden la vida muchos civiles.
Susannah Swann fue testigo en Ruanda en 1994 en el momento en que se produjo el genocidio. Cuando cayó el gobierno, la población trató de huir y se formaron largas filas en los caminos. Había niños que se habían quedado solos y muchos heridos que caían a ambos lados de la carretera y morían sin la más mínima posibilidad de salvarse. Un espectáculo dantesco imposible de controlar, que llenaba de espanto.
La historia que relata Philippe Spoeri es diferente. Se encontraba en Kabul, capital de Afganistán, encargado de coordinar un intercambio de 100 prisioneros talibanes por 100 de la Alianza del Norte, que se encontraban en el frente, esparcidos sobre un campo minado, en un valle donde había miles de talibanes. Pero afortunadamente pudieron recogerlos y su labor fue respetada.
Los conflictos actuales enfrentan a la Cruz Roja a un nuevo desafío, ya que se producen muchas víctimas civiles, a diferencia de lo que ocurría hace 150 años, pero el concepto filosófico de Denant se mantiene en la organización, de que los heridos no tienen bandera y al no tener nacionalidad ya no son enemigos.
La fundación formal de la Cruz Roja Argentina fue el 10 de junio de 1880 por el médico higienista Dr. Guillermo Rawson con la participación del Dr. Toribio Ayerza, presidiendo el Consejo Supremo el Dr. Pedro Roberts.
En Argentina la Cruz Roja también tiene una escuela de enfermería que fue creada a principios del siglo XX.