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Filosofía de la Religión-Parte IV

Publicado por Malena

Filosofía de la Religión-Parte-IV

Tanto la religión como la filosofía son fuentes de sabiduría

Los exponentes máximos de la filosofía escolástica fueron San Agustín (354-430) ) y Santo Tomás de Aquino(1225-1274), separados en el tiempo pero unidos por el mismo espíritu de racionalidad.

San Agustín, influenciado por Platón, necesitaba comprender el origen del mal y a la luz de la filosofía platónica, abandonó una vida atada a los placeres mundanos y su creencia en el maniqueísmo que se basa en el dualismo materia-mal, espíritu-bien; y se convirtió al Cristianismo. El mal es ausencia de bien, sólo el bien Es, el mal no tiene Ser, no Es.

Santo Tomás, se basa en la filosofía de Aristóteles para explicar el mundo de acuerdo al Cristianismo. El hombre es potencia y acto, el alma es la forma de la materia.

La esencia del ser corpóreo es la sustancia compuesta de materia y forma, mientras que la esencia de un Ser finito inmaterial, como las abstracciones, es la forma sola. Lo que actualiza la esencia es la existencia.

El ser finito es Ser porque existe, porque tiene existencia, la sustancia es aquello que es o tiene ser, y la existencia le da Ser a la sustancia.

La existencia no es materia ni forma, es acto determinado por la esencia, como potencialidad.

No hay esencia alguna sin existencia y no hay existencia sin esencia. La existencia creada es el acto de una potencialidad que es la perfección.

Islamismo

Islam en árabe define el sistema de creencias y ritos basados en el Corán, libro sagrado islámico, atribuido a Abraham.

La raíz de la palabra Islam es aslama que quiere decir, someterse a la divinidad. El Islamismo representa la completa obediencia a Dios, la sumisión total y voluntaria a Él, como la única posibilidad de alcanzar la paz física y espiritual.

El Islamismo fue revelado en forma sobrenatural a Mahoma(siglo VI después de Cristo), profeta nacido en la Meca, ciudad sagrada situada en Arabia Saudita, en una época en que predominaban las falsas creencias, las supersticiones, el paganismo y el politeísmo.

Para Mahoma, la verdadera religión era la de los fundadores de la comunidad, Abraham y su hijo Ismael; y su misión fue restablecer la pureza de ese culto.

Este profeta realizó una reforma teológica, social y moral, aproximándose como religión más al Judaísmo que al Cristianismo.

Comenzó a recibir las revelaciones a la edad de cuarenta años y estableció una posición sobre la base de la unidad de su pueblo y el beneficio de la comunidad, privilegiando la justicia, las costumbres morales, la austeridad y el servicio al prójimo.

La fe islámica se basa en la sabiduría de los libros sagrados revelados por Dios a los profetas. Forma parte de esta revelación la Torá de Moisés, los Salmos de David, los Evangelios de Jesús, y el Sagrado Corán y Mahoma se considera el último intermediario de la voluntad revelada por el creador.

El Corán enseña que no es prudente creer que este mundo sea producto de la casualidad, porque todo fluye de un Ser infinitamente poderoso, bueno y misericordioso por habernos creado y darnos la vida y tan compasivo como para atraernos nuevamente a Él al Cielo.

Este mundo es un mundo regido por leyes que no hay que ignorar, porque los errores tienen consecuencias.

Alah representa esa realidad perfectamente diseñada, donde la buena voluntad, y la justicia son las reglas que deberíamos respetar en esta vida.

El papel de Mahoma es el ejemplo de cómo alguien dedicado a Alah se comporta, incluyendo en el poder político.

Para el Islam existe la promesa del Paraíso, la amenaza del Infierno y el Día del Juicio.

Se considera la vida del profeta como un modelo para imitar, de humildad, paciencia, suavidad, refinamiento de palabra, con capacidad para devolver bien por mal, de veracidad, lealtad, simpatía, de respeto a los pobres y al infortunio, de protección a los huérfanos, solicitud para los enfermos, compasión para los afligidos por un duelo, de dominio de las pasiones como la envidia, la malicia, y el deseo de difamar y de aventajar.

Para el Islam, las cosas están ordenadas de antemano por lo cual, toda energía en la dirección equivocada es inútil.