El Karma
Karma es una palabra que proviene de la filosofía de la India o Hinduismo, una de las religiones más antiguas, basada en la creencia en las reencarnaciones.
Este término designa la influencia de las acciones pasadas de un individuo en sus vidas futuras.
El fundamento de esta cosmovisión es que la vida presente es sólo un eslabón de una cadena de vidas, durante las cuales, la energía moral acumulada por una persona determina su carácter, estatus social y su disposición en la vida próxima.
Según esta doctrina, este proceso se produce en forma automática y sin intervención divina. De manera que en el curso de una cadena de vidas las personas, según sus acciones, tienen la oportunidad de alcanzar el más alto nivel espiritual o pueden también degradarse hasta el punto de retroceder y reencarnarse en una nueva vida como animales.
El Hinduismo sostiene que existe un motivo subyacente en todo y el objetivo de la vida es lograr la liberación del karma o condicionamiento de las vidas pasadas.
Karma significa movimiento, acción y presupone siempre los resultados de toda acción.
Se refiere especialmente a las inevitables consecuencias que tienen todas las acciones humanas y que condicionan la vida futura de cada persona.
Somos el resultado de lo que hemos hecho en vidas anteriores y también en esta y seremos según cómo nos comportemos ahora. Por lo tanto debemos actuar en forma responsable con cada una de nuestras acciones porque cosechamos lo que sembramos.
No somos un cuerpo que tiene un alma sino un espíritu encarnado que viene condicionado por aflicciones de otras vidas y esta aflicción marca la tendencia innata a actuar de una manera y no de otra.
El Karma se relaciona con el concepto de pecado del Cristianismo pero es un término mucho más amplio y no acarrea culpa moral.
El pecado deja una huella y genera culpa, pero puede ser perdonado y se puede volver al estado de gracia; y los hechos incorrectos que no hemos advertido no tienen consecuencias.
En el caso del karma es diferente porque no se puede eludir aunque se trate de errores inadvertidos o accidentes, independientes de las circunstancias, porque cada acción es un acto y tiene una consecuencia automática por la ley natural de causa y efecto.
El karma es el producto de infinitas combinaciones de acciones porque cada acción no siempre produce el mismo resultado. Cada pensamiento, cada respiración, cada bocado de comida que nos llevamos a la boca es un karma.
No se puede salir del karma haciendo sólo el bien o el mal, que son dos fuerzas antagónicas; sólo se pude lograr la liberación cuando nos elevamos sobre la dualidad y entramos en el estado de gracia, siendo el Ser que uno Es.
El estado de gracia permite volver al estado de inocencia, más allá del bien y del mal.
Solamente en un estado de conciencia más elevado podemos liberarnos del deseo de cosas ilusorias que pronto tenemos que cambiar por otras.
El Ser uno mismo permite ver lo real, la unidad, donde la dualidad del bien y el mal ya no existen.
El concepto de karma también fue incorporado por el Budismo y el Jainismo.
El Budismo nos dice que no importa si el universo ha sido creado o no, lo importante es eliminar el sufrimiento que ocasiona el deseo y liberarse de las reencarnaciones.
El karma es la ley de conservación de la energía moral y una interpretación ética de la ley de causalidad.
Cada acto lleva en si el germen de la recompensa o del castigo que pueden ocurrir inmediatamente o no pero que son ineludibles y fatales.
No existe el perdón porque es una propiedad que tienen los actos, la propiedad de producir consecuencias.
El Budismo Zen nos dice que nuestros hábitos mentales se rigen por el concepto de sujeto y objeto, probable e improbable y otros esquemas de orden lógico que nos parecen reales. La meditación nos libera de estos esquemas y nos prepara para lograr Ver la Verdad.
El Budismo no niega ni recurre a una relación personal con un Dios, ya que es una doctrina cuyo objetivo principal es el autoconocimiento como paso previo a cualquier otro conocimiento superior.