Filosofía

Vejeces Dignas

Publicado por Malena

Una modelo neoyorkina continúa trabajando en su profesión a los 81 años; se trata de Carmen Dell´Orefice, quien a los trece años posó para Dalí y a los 15 ya era tapa de Vogue.

Es una persona que no oculta su edad ni se esfuerza en ser quien no es, pero que también conserva su entusiasmo y su figura espigada y erguida que aún le permiten seguir ejerciendo su oficio con dignidad.

Ama su trabajo y además necesita trabajar, porque aunque ganó mucho dinero, también lo perdió en transacciones financieras que la dejaron en la ruina; y es por eso que aún hoy necesita permanecer vigente en el mundo de la moda.

Esto se llama envejecer con éxito y sacar partido de la vida hasta lo último.

Es un hecho que en la actualidad el promedio de vida humana está aumentando, pero además es cierto que la calidad de vida de mucha gente mayor es mejor.

Los seres humanos viven el triple de tiempo que vivieron nuestros antepasados primitivos y el doble que los que vivieron hace doscientos años.

Nuestra biología está diseñada para vivir más de ciento veinte años, sin embargo, aún es difícil llegar a esa edad por múltiples factores que no son precisamente biológicos.

El estrés, las adicciones, la depresión, la ambición desmedida, la soledad, los problemas de relación, las dificultades para aceptar el paso del tiempo, hacen que muchas personas que podrían vivir muchos años y disfrutar de la última etapa de la vida con alegría, pierdan sus vidas antes de tiempo.

Sin embargo el mejor nivel de vida, el control de las enfermedades infecciosas, la disminución de la mortalidad infantil y la reducción de la tasa de mortalidad de los ancianos asociada con el control de las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebro vasculares y el cáncer; a pesar de todo, eleva día a día las expectativas de vida.

Hasta ahora parece ser que la persona que ha alcanzado el límite más alto de años vividos fue Jeanne Louis Calmente, fallecida en Arles, Francia, a la edad de 122 años, aunque es posible que haya otros que la hayan superado pero que no han podido trascender por no conocerse con exactitud el año del nacimiento.

El envejecimiento es un proceso que comienza ni bien nacemos y que dura toda la vida, pero todos envejecemos de manera diferente según nuestros genes, nuestras características personales, nuestro modo de ver el mundo y nuestra forma de vivir.

El propósito de los científicos es tratar de que la gente envejezca en forma más saludable, porque las enfermedades se pueden evitar y también controlar más que antes.

La vejez es una etapa nueva que no obliga a repetir historias ni a demostrar que aún se sigue siendo joven. Es la edad de la sabiduría, el momento de la existencia en el que podemos ser nosotros mismos y llegar a saber quiénes somos y para qué vivimos.

No se trata de durar sino de seguir viviendo con entusiasmo, de continuar siendo creativos y apasionados con las cosas que se aman sin esforzarse para aparentar tener diez años menos.

Cada persona tiene la oportunidad en la vejez de descubrir cuál fue su misión en la vida y en qué medida la ha cumplido. Este propósito no necesita tener características épicas, ni implica notoriedad pública; sino que es el sentimiento íntimo y personal de haber sido fiel consigo mismo, teniendo la firme convicción de no haber vivido en vano.

La vejez llega naturalmente cuando hemos vivido cada etapa de la vida sin alterarla artificialmente. Nos permite darnos cuenta de que son las pequeñas cosas las que nos hacen felices, de que podemos sentirnos bien en cualquier parte con la agradable sensación de que no nos estamos perdiendo nada.

La vejez es la oportunidad que nos da la vida de ver las cosas como son desde una perspectiva más amplia y de apreciar los valores verdaderos.

Fuente: “LNR”; “Hay que vivir la vida”; Emilse Pizarro; 03/2012.