Filosofía

La Estabilidad

Publicado por Malena

La Estabilidad

El diccionario define la palabra estabilidad como permanencia en el tiempo, firmeza y seguridad en el espacio.

La estabilidad es una situación de equilibrio, la posibilidad de mantener la posición a pesar de las fuerzas que actúan sobre un cuerpo.

En matemáticas la estabilidad de un sistema significa la situación en la cual una leve perturbación en el mismo no produce alteraciones significativas en la respuesta.

Desde el punto de vista filosófico la estabilidad puede estar representada por la capacidad de mantener la coherencia interna a pesar de los cambios.

La estabilidad se logra con la moderación en la conducta y la firmeza de las convicciones.

Un sistema es un conjunto organizado, una estructura de elementos relacionados entre si que tratan de mantener la coherencia y el equilibrio.

En filosofía un sistema es un conjunto de ideas que guardan un cierto orden e interdependencia que forman un todo organizado.

Una persona es estable cuando se rige por un conjunto de normas que se ajustan a un sistema, que actúa según sus principios y es fiel a ellos en su forma de vida, en sus escritos, opiniones, dichos etc.

Debido a la ley de entropía, todo sistema tiende a desestabilizarse con los cambios, sin embargo, si su estructura es firme y coherente, vuelve a su antiguo equilibrio.

La estabilidad es la posición más adecuada para el crecimiento armónico y el desarrollo tanto individual como social.

No significa mantener una postura conservadora de no cambio, sino que se relaciona con los cambios moderados, permanentes y continuos que son los que hacen posible la adaptación plena.

La estabilidad permite desarrollar expectativas, proyectar y planificar para actuar en forma racional a favor de la evolución; y genera la confianza indispensable para la eficacia en las relaciones interpersonales.

La estabilidad psicológica requiere dominio de si mismo, control de impulsos y fortaleza de carácter.

La moderación es la cualidad que hace posible la estabilidad, ya que solamente un espíritu moderado es capaz de crecer sin desequilibrarse.

Los cambios moderados pueden modificar cualquier sistema y transformarlo en otro sin necesidad de destruirlo, porque todo cambio produce en una estructura una nueva configuración que la convierte en otra.

La estabilidad brinda seguridad y los cambios bruscos y drásticos producen desequilibrios difíciles de superar.

El drama de la vida actual es que los cambios son tan veloces y dramáticos que no permiten una adaptación normal, produciendo en el hombre el derrumbe de sus estructuras y generándole emociones de depresión y miedo.

Solamente se puede crecer y evolucionar a partir de una estructura. El pensamiento es como el cuerpo, un sistema, un conjunto de ideas relacionadas entre si que funcionan en forma armónica y coherente para poder crecer y vivir plenamente.

La depresión, el miedo y la falta de esperanza contribuyen a que la adaptación a los cambios se logre a costa de la pérdida de valores y de las propias convicciones, en una carrera desesperada y autodestructiva que conduce inexorablemente a la destrucción y a la muerte.

La pérdida de las estructuras y los principios morales individuales termina con el respeto por las normas sociales, destruyendo la estabilidad de la sociedad y generando el caos.