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Happyshifting, el trabajo feliz

Publicado por Malena

Hasta no hace mucho tiempo lo que más se valoraba era una larga trayectoria laboral en la misma empresa; pero eso hoy ha cambiado y lo que ahora valoran los jóvenes es seguir la propia vocación y no abandonar la búsqueda de la felicidad cuando no están conformes en un trabajo.

El psicólogo español Joan Garriga Bacardi, dice que existen dos formas de ser feliz, una es la felicidad breve que dura poco, que es cuando logramos un objetivo placentero, se cumplen nuestros deseos y se desvanecen los temores; y la otra es una felicidad más grande, que es más estable, que no tiene motivo y que no depende de lo que sucede afuera. Es la que se siente cuando sentimos que estamos sincronizados con la realidad como es y aceptamos y aprovechamos lo que nos brinda la vida.

Aunque la felicidad sea un concepto distinto para cada uno, las personas coinciden en que es la búsqueda de un estado de cierta estabilidad y plenitud que puede ser sostenida en el tiempo.

Entre las generaciones que ingresan al mundo laboral, hay muchos jóvenes que son hijos de padres que eligieron el sacrificio para lograr sus metas y que han trabajado duro toda su vida en una empresa. Estos jóvenes, sin embargo, son antes que nada creativos y rebeldes y pretenden que su trabajo les sirva para su propio crecimiento y desarrollo personal y para ser felices. Son los happyshifters, que evitan seguir las reglas y que tienen un concepto de la felicidad como un estado que se elige y se vive día a día.

La filosofía de los happyshifter, en parte, está en contra de la idea de competencia, tan en boga en los años noventa, cuando hablar de felicidad era una quimera que no tenía nada que ver con el ejercicio de la profesión. Sin embargo, hoy, ser feliz en el trabajo no sólo es posible sino que casi es necesario.

Este nuevo paradigma surge a partir de las generaciones nacidas entre los años ochenta y noventa y algunos de la década del setenta.

El término happyshifting lo acuñaron los españoles Daniel Lyons y Montse Ventosa, de la consultora Employee Branding, para distinguir a todos aquellos que no están dispuestos a trabajar ocho horas diarias en una actividad que no les gusta y que no tiene significado para ellos.

El filósofo Luis Fernández, plantea que antes, el trabajo consistía en tener un empleo en un empresa en relación de dependencia, pero ahora es diferente, para la nueva generación tiene mayor importancia la satisfacción de sus propios deseos y el logro de su desarrollo personal que la seguridad.

Esto implica que no están dispuestos a cumplir viejos mandatos sino a privilegiar su autonomía. Las corporaciones, por su parte, están entendiendo que los trabajadores felices resultan más creativos y productivos.

Hoy en día el trabajo para toda la vida en una empresa no está garantizado, por lo tanto cada vez son más los que se atreven a seguir sus deseos en lugar de ir a lo seguro.

El hecho de haberse especializado la ocupación, hace que se privilegie el bienestar del trabador, quien ya no acepta más un modelo laboral paternalista.

El happyshifting también se relaciona con el estilo de vida más saludable y placentero de una generación que tiende al bienestar personal y laboral.

Siendo los cambios tecnológicos tan rápidos, esto exige al personal de las empresas tener que actualizarse continuamente como si fueran máquinas. Muchos no lo logran y se dan cuenta que no hay trabajos seguros; entonces, eligen seguir su verdadera vocación o su deseo más profundo y recuperar el sentido de su trabajo más allá de su necesidad económica.

El filósofo Luis Fernandez reconoce que el que hace lo que realmente desea con pasión, disciplina y seguridad, no sólo lo disfruta sino que tarde o temprano también le irá bien.

La clave es saber lo que uno desea realmente, conocer qué es lo que uno puede hacer mejor que otros y reconocer así el propio talento.

Fuente: “Entrecasa”; “Happyshifting: cuando el trabajo da felicidad”; Daniela Ceccato, 02/2012.