La Elección
Muchas personas creen que vivir plenamente es tenerlo todo, aunque sean cosas que no tengan significado personal; pero experimentar algo con plenitud significa estar involucrado y participar de ese algo en forma total.
Experimentar la vida con plenitud significa estar atento a lo que se produce espontáneamente y dispuesto a responder en forma creativa.
Cuando elegimos, nadie sabe cuál es la elección mejor, ya que cualquier decisión puede tener consecuencias buenas y también malas, porque no existe la elección perfecta.
Para tomar una decisión hay que saber observar y decidir desde la profundidad de la conciencia; pero la mayoría de nosotros tiene la necesidad de defender su imagen, que es la que nos aleja más de nosotros mismos.
El ego nos hace perder la libertad de conciencia porque construyó una imagen que es vieja y no refleja quiénes somos ahora, porque se basa en los recuerdos; pero cuando nos liberamos del ego elegimos como si fuera la primera vez.
El ego no nos permite experimentar las emociones cuando no se ajustan a la imagen que nos hemos hecho de él.
La imagen ideal no incluye la ira ni el temor, por eso reprimimos esas emociones, pero también reprimimos la alegría, el éxtasis y la espontaneidad para quedar bien.
Nos liberamos de controlar la imagen del yo cuando nos atrevemos a sentir, cuando no nos ofendemos, cuando no nos importa más la opinión de los demás, cuando dejamos de evitar a los que creemos superiores o inferiores, cuando no nos preocupa más lo que piensan de nosotros, cuando dejamos de obsesionarnos con el dinero, el status o las cosas, cuando no necesitamos más defender nuestra opinión.
Toda decisión supone un riesgo cuando se piensa a nivel de las estadísticas, pero todos los riesgos se pueden superar si funcionamos a nivel de la conciencia.
Ese nivel se alcanza cuando se siente que es la decisión adecuada, cuando está de acuerdo con los propios objetivos, cuando agradan los que participan, cuando no afecta a la familia, cuando es oportuna, cuando se siente que moralmente se justifica, cuando ayuda a crecer, cuando brinda la oportunidad de ser más creativos y cuando es inspiradora.
Tomar decisiones evaluadas en el nivel profundo de la conciencia es estar alineado a la inteligencia infinita y tiene mayor posibilidad de éxito.
La duda surge cuando uno se aferra al pasado, sin embargo, ante la duda lo mejor es no tomar decisiones importantes; porque aunque detiene el normal fluir de la acción del universo, la duda permite tomar mayor conciencia de las cosas.
La duda confirma la desconexión con el conocedor interno que está siempre listo para despejar interrogantes.
El crecimiento que implica la elección de la conciencia no significa aventajar al otro sino que va a influir en nuestra forma de pensar, de sentir, de relacionarnos con los demás, de comportarnos y de adaptarnos y nos va a servir para conocernos más a nosotros mismos.
La vida se corrige a sí misma y a pesar de los errores, la conciencia es inalterable y continúa armonizando la vida individual con el cosmos, haciendo al ser humano más consciente, mostrándole las consecuencias de sus actos y haciendo de su vida algo más real.
Podemos renunciar a la imagen del ego cuando comienza a surgir en nosotros la alegría genuina y espontánea, independiente de las buenas o malas elecciones.
Fuente: “El libro de los secretos”; Deepak Chopra.