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Historia de la estética (IX): el cartesianismo y el problema de las normas

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

A partir del siglo XVII la filosofía recibirá el aire fresco del pensamiento de René Descartes. Si bien este no escribió sobre estética, lo cierto es que su influencia en la historia de la estética es notoria. Y es que Descartes no influyó con alguna obra o una teoría estética novedosa, sino con una nueva concepción de la filosofía que se miraba en el espejo de la matemática. De este modo, la estética que se producirá a partir de este momento será el producto de una mezcolanza de los elementos aristotélicos que venían arrastrándose desde la antigüedad y la Edad Media y elementos del incipiente racionalismo cartesiano. A continuación veremos con mayor grado de detalle este interesante capítulo de la historia de la estética.

Historia de la estética

René Descartes

Normas y naturaleza

Pronto los conceptos de razón y de naturaleza se hicieron centrales en la teoría de las artes. De este modo, los artistas identificaban el seguir la naturaleza con seguir las normas de la razón, lo que significaba, en este contexto, que naturaleza y razón estaban al mismo nivel, que eran la misma cosa. Durante el periodo precedente, que dura hasta el siglo XVI, las normas emanaban directamente de la autoridad, la cual solía residir en Aristóteles. Sin embargo, a partir del modelo de racionalismo iniciado por Descartes surge la esperanza de encontrar una base sólida en estética, el cual tuviera la misma forma que un axioma matemático y a partir del cual se pudieran inferir las normas que habrían de regir las artes.

El problema de las normas: el conflicto entre razón y experiencia

Por lo que a la estética se refiere, esta área de la reflexión filosófica no fue ajena a la disputa entre racionalismo y empirismo, la cual se manifestó aquí en forma del problema de las normas. Concretamente, se ponía en cuestión la infalibilidad y la autoridad de las normas, siendo este el reflejo en estética del debate entre racionalismo y empirismo. Desde el punto de vista más racionalista las normas eran vistas como inviolables, como axiomas absolutos de los cuales no podía prescindirse. Por otra parte, el punto de vista empirista era más dado a relativizar el valor de estas normas. Desde esta perspectiva, no se trataba de rechazar las normas de plano, sino de rebajar su estatus. Para el ala empirista las normas no eran absolutas ni infalibles, sino meramente probables, siendo su base la experiencia. Por ello, bajo esta concepción de las normas muchos artistas consideraban oportuno saltárselas en aras al efecto dramático.

El cartesianismo y la Ilustración

Sea como fuere, el cartesianismo impregnó todo el pensamiento Ilustrado, llegando incluso hasta el día de hoy. Como hemos dicho, el filósofo francés no escribió sobre estética, solo una obra de juventud (Compendium musicae en 1618). Fue el padre del racionalismo moderno y el empirismo surgió como una reacción a su racionalismo. El racionalismo cartesiano sería llevado al campo de la estética por Alexander Gottlieb Baumgarten, casi un siglo después de su muerte. Pero este capítulo lo dejamos para nuestra próxima entrada dedicada a la historia de la estética.