Historia de la estética (IV): estoicismo y epicureísmo
Aristóteles murió y nunca más se supo… bueno, en realidad sí que se supo pero bastante después de su muerte. Como sabemos por otras entradas de este blog, sus escritos se perdieron durante más de 200 años. Por otra parte, una vez que aparecieron y Andrónico de Rodas se dedicó a ordenarlos, tampoco es que tuvieran gran difusión. Y es que en la época en la que no se sabía nada de la imprenta difundir cualquier obra como la Poética de Aristóteles era bastante trabajoso. No obstante, alguna que otra idea llegó a la posteridad de los siglos inmediatos, a través del discípulo favorito del viejo Aristóteles, a saber, Teofrasto. Sea como fuere pasaremos a ver en nuestra historia de la estética dos de las corrientes más importantes que florecieron en el periodo helenístico, tras la muerte de Alejandro Magno en 323 a. C.
1. El estoicismo
Aunque no nos ha quedado mucho de lo que pensaban los estoicos acerca del arte y de la belleza, sí que es cierto que hay que dedicarles algunas líneas en una historia de la estética como esta. Sabemos que, por lo que a las artes se refiere, sus intereses principales giraban en torno a la poesía. Se sabe que Diógenes de Babilonia y Panecio sostuvieron la idea de que el hecho de que algo sea bello depende de la disposición de sus partes. A su vez, por lo que se refiere al disfrute de la belleza en el arte, los estoicos pensaban que esta, la belleza, estaba estrechamente vinculada a la virtud y al decoro. De este modo, desde el punto de vista estoico, la poesía puede trascender el placer irracional y llegar a una elevación racional del alma.
Los estoicos pusieron de relieve los beneficios que tenía la poesía desde un punto de vista moral. Asimismo creían que era una manera de alegorizar la filosofía. Es importante destacar que los estoicos también consideraban que la belleza en el arte no era un fin en sí misma, sino un medio para alcanzar la virtud y la sabiduría. En este sentido, la belleza en el arte debía ser funcional y servir a un propósito superior.
2. El epicureísmo
A los epicúreos no les hacía mucha gracia la música, en la medida en que se tomaron demasiado en serio una mal entendida crítica musical de Epicuro. En cualquier caso hay que destacar dos de las obras de Filodemo de Gadara (siglo I a. C.). En Sobre la música se muestra a favor de la concepción formalista, previamente rechazada por los pitagóricos, Platón y Aristóteles. Según el punto de vista de Filodemo, la música considerada por sí misma ni transforma el alma éticamente ni suscita emociones. Bien, no sé qué música escuchaba Filodemo, pero esto es lo que pensaba. Por su parte, en Sobre los poemas defendió que el hecho de que una poesía fuera bella dependía de la unidad de forma y contenido.
Del epicureísmo en el periodo romano hay que destacar dos obras. La primera perteneciente a Horacio y titulada Ars poetica, en la que habla sobre la forma y el estilo. Por su parte, en Sobre la elevación en poesía, obra que tal vez escribió un griego llamado «Longino», se describe al buen escritor en términos puramente afectivos (se dice que transporta el alma y otras cursiladas por el estilo). En esta misma obra se reflexiona sobre las condiciones de los efectos provocados por los escritores sobre las almas de las personas.
Es interesante notar que, a pesar de sus diferencias, tanto los estoicos como los epicúreos compartían una visión de la estética que la vinculaba estrechamente con la ética. Ambas escuelas consideraban que el arte y la belleza debían servir a un propósito moral y educativo. Sin embargo, mientras que los estoicos veían en el arte un medio para alcanzar la virtud y la sabiduría, los epicúreos lo veían más como una forma de placer y disfrute. En cualquier caso, ambas escuelas contribuyeron de manera significativa a la historia de la estética y sus ideas continúan influyendo en el pensamiento estético hasta el día de hoy.