Escuela estoica
Tras repasar lo que pensaban y decían los escépticos, de la mano sobre todo de Sexto Empírico, respecto al arte ahora nos toca analizar lo que decían y pensaban los estoicos respecto al mismo tema. De todas formas, y antes de entrar en materia, por resumir lo que hemos repasado en los artículos anteriores, podemos asegurar que los escépticos eran contrarios a la teoría del arte, porque consideraban que no podía considerarse como tal, ya que el arte no tenía reglas objetivas ni verdades eternas. Tanto en la literatura como en la música, algo extensible a las demás artes, consideraban que eran los humanos los que ponían de “su parte” para que una obra literaria o musical determinada fuera considerada buena o bella. Es lo que pone cada individuo lo que define a la obra a nivel estético, por lo que habrá una definición diferente dependiendo del número de individuos. Esta tesis escéptica, recordemos, se ve reforzada por las conquistas de Alejandro Magno, que conllevan un conocimiento más exhaustivo del mundo asiático y dejan patentes las diferencias culturales, de criterios estéticos y de ritos y costumbres a lo largo del mundo.
Finalmente, a pesar de que sea difícil comulgar con muchos de sus postulados, creemos que conviene quedarnos con su espíritu crítico, no para negar toda posibilidad de verdad, como hacían ellos, sino para alejarnos de todo dogmatismo y no dar nada por creído.
Hecho este pequeño repaso de lo dicho hasta ahora de los escépticos y sus conclusiones, ahora debemos centrarnos en los estoicos.
Los estoicos
El estoicismo tiene una historia francamente longeva. Surge en el siglo III a. C. de la mano de Zenon, Cleantes y Crisipo, considerados los creadores de la escuela. Se renueva a final del siglo II y principio del I a.C., conocido como el periodo medio, gracias a pensadores como Filón de Larisa, Panecio y Posidonio. Y concluye en el estoicismo tardío ya durante el Imperio Romano.
De los primeros estoicos Cleantes trató sobre la estética en su tratado Sobre las cosas bellas y Crisipo en sus Sobre la belleza y Sobre la belleza y el goce. También Zenón trató sobre estos temas, pero en los tres casos, como sucede en otras ocasiones, tan sólo han llegado a nuestros días fragmentos y referencias.
Otros de los primeros estoicos que también hablaron sobre arte fueron Aristón de Quíos y Diógenes de Babilonia. El primero discípulo de Zenón y el segundo discípulo de Crisipo y maestro de Panecio, así que es una especie de nexo de unión entre los primeros estoicos y el periodo medio del que hablábamos antes y al que pertenecía Panecio.
En general, de los autores citados tan sólo nos han llegado fragmentos y referencias indirectas, así que nos tenemos que conformar con ese poco material de trabajo.
Por otra parte, y afortunadamente, de los estoicos del periodo de Imperio Romano, como Epicteto, Marco Aurelio y Séneca, sí que tenemos textos completos, aunque salvo éste último, no dedicasen mucho tiempo ni espacio a hablar de estética.
En el caso de Séneca, además, sus Epístolas suponen una fuente considerable respecto a la estética estoica.
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