La escuela pitagórica
Pitágoras fue sin duda alguna uno de los filósofos más importantes, dentro de la propia, valga la redundancia, filosofía griega, cuyas doctrinas influyeron sobre manera en uno de nuestros protagonistas más habituales, Platón.
Nacido en la isla de Samos, aproximadamente en el año 582 a.C., fue instruido bajo las doctrinas diversas de personajes tan importantes como Anaximandro o Tales de Mileto, entre otros.
Aproximadamente hacia el año 530 a.C., decidió instalarse en una colonia de origen griego que recibía el nombre de Crotona, lugar importante donde llegó a fundar un movimiento con ciertos tintes de carácter únicamente religiosos, filosóficos e incluso políticos. Y es que, con su escuela, Pitágoras fue el primero en destacar la gran diferencia existente en la importancia de la forma sobre la materia, al tratar de explicar la propia estructura material, esa misma estructura de las formas.
Defendió incluso la división entre materialismo e idealismo, algo que se hizo mucho más claro con el paso del tiempo, dando incluso una importancia mayor en el alma, llegando a considerar, al cuerpo, como una auténtica cárcel. Aconsejaban de una manera mayúscula el silencio, el recogimiento y la obediencia, la abstinencia de consumir alimentos, y la sencillez tanto en el vestir como en el propio ser de la persona, creyendo en una inmortalidad que, evidentemente, iba más allá de la muerte, en donde el alma podía transmigrar y vivir eternamente.
Pero no sólo la importancia de esta escuela queda ahí, dado que, como bien es sabido, y tal y como conocemos sin realizar de cerca unos estudios más o menos pormenorizados, Pitágoras y sus discípulos fueron importantes por llevar a cabo una amplia teoría en lo que a los números se refiere, destacando en: estudio de números primos, pares e impares, cuadrados, cultivaron el concepto de la palabra propiamente de “número” (algo que se convirtió, para esto, en una base fundamental), llegando incluso a establecer una clara e importante base científica para las matemáticas.
Y no sólo esto se queda ahí, pues también llegaron a profundizar tanto en la Astronomía como en la Geometría, donde destacaron descubrimientos tales como la consideración exacta de que la tierra era como un inmenso globo que giraba junto a otros planetas alrededor de un “fuego central”, explicando el orden armonioso de distintos elementos moviéndose alrededor de una esfera central, y el estudio de la hipotenusa, entre otros.
Como sabemos, y tal y como observamos y conocemos de forma muy resumida, todos estos descubrimientos supusieron un importante avance científico de cara al futuro próximo.