El pavo real
Para los estoicos el mundo estaba lleno de belleza. De hecho, se podría decir que todo les parecía bello. Y el mundo, como continente de todo, debía ser el sumun de la belleza. Así, Cicerón, refiriéndose a los estoicos decía que «pues no hay ninguna otra cosa excepto el mundo a la que nada falte y que sea en todos los aspectos coordinado, perfecto y completo en todos sus elementos y partes».
Así que tanto el mundo como lo que lo compone es para los estoicos bello. Más tarde, los cristianos defenderían la belleza del mundo como globalidad, pero no así cada elemento particular. La verdad es que los estoicos pareciera que cogieron una varita de la belleza que decidieron pasar con generosidad por todo lo que les rodeaba.
De hecho, llegaron a asegurar que algunos objetos habían sido creados exclusivamente para ser bellos. Su única razón de ser era la belleza y nada más. En relación a esto, Plutarco, referenciando a Crisipo escribió que: «”la naturaleza ha creado muchos seres vivos por la belleza, porque ama la belleza y se complace con la variedad de colores”, y añadió una observación muy sorprendente: “El pavo real fue creado por su cola, por la belleza de ésta”».
La declaración es sorprendente. Primero porque supone que la belleza debe ser reconocida por todos los seres, ya no los humanos; a no ser que se pretenda que los pavos reales han sido creados para regocijo de los seres humanos.
De todas formas, obviando la segunda posibilidad, sabemos que el diseño de la cola del pavo real se debe a la selección sexual. El gasto en energía que supone su cola, y el riesgo que acarrea llevar acoplado algo tan llamativo, una especie de alarma para que le vean los depredadores y cualquier animal que desee comerle, tiene que ser compensado, y sólo puede serlo, porque además de a posibles depredadores, atrae a las hembras de su especie. Es decir, entre un pavo real con la cola que le conocemos, y otro sin ella, el que logrará reproducirse será el primero, mientras que los genes del segundo no lograrán reproducirse y desaparecerán. Así que, en el fondo, y no tan en el fondo, es la belleza lo que ha mantenido la cola del pavo real. Asegurar que, además, fue creado con tal fin, sería mucho asegurar. Demasiado desde nuestro punto de vista.
Aun y todo, hemos puesto sobre el tapete un tema interesante: el de la belleza interespecies.
La cola del pavo real le parece bella a la hembra del pavo, pero también a los humanos. No somos miembros de la misma especie pero, por lo menos en eso, tenemos cierta afinidad en el gusto. Pero, ¿sucede lo mismo con el resto de animales? ¿Le puede parecer bella la cola de un pavo a un perro? ¿Se puede quedar una nutria ensimismada por la belleza de una puesta de sol? ¿Será esta una diferencia esencial entre los humanos y el resto de especies que pululan por el planeta tierra?
Imagen: lacocinaylosanimales.blogspot.com.es