Confucio y la Moral
La benevolencia comienza dentro de uno mismo, hace posible la armonía familiar, mantiene el orden en la sociedad y la paz en el mundo
Primera parte
Confucio nació en un pequeño pueblo de China en el siglo VI a. de Cristo, fruto del segundo matrimonio de su padre que tenía 66 años, con una mujer muy joven de apenas 17 años. Con su primera esposa había tenido nueve hijas mujeres y un varón discapacitado y deseaba tener otro hijo.
Sin embargo cuando nació Confucio, su padre lo abandonó en una cueva por considerarlo poco agraciado, con el temor de haber engendrado un monstruo.
La cueva ha simbolizado siempre, desde épocas remotas, la humildad; y es común que se encuentre presente en los orígenes de los antiguos profetas.
La madre de Confucio consiguió rescatarlo y gracias a ella fue cuidado y educado esmeradamente; ya que su padre falleció al poco tiempo.
A los 17 años pierde a su madre que fallece a los 35 años y se dedica a enseñar.
En esa época, China era un país que estaba en guerra permanente. Eran tiempos caóticos con un marcado sistema de clases y corrupción política. La gente común padecía grandes sufrimientos y privaciones mientras la codicia enfrentaba a los nobles de esos lugares.
Los intelectuales como él eran mirados con desconfianza; sin embargo Confucio, que tenía la convicción que la educación para todos era la única manera de solucionar los problemas, se dedicó a enseñar tanto a pobres como a ricos en público, ya que no existía en esa época ningún otro sistema educativo.
Sus seguidores eran varones de todas clases y sólo enseñaba para obtener su comida diaria. Omitió a las mujeres a quienes consideraba hombres pequeños difíciles de manejar, con la obligación de obedecer a sus maridos; y en caso de viudez, a sus hijos.
Tal vez la imagen que tenía de su madre, tan dedicada a él, que lo salvó de un destino de pobreza e ignorancia, y su convicción de que la armonía familiar constituía el fundamento de una sociedad ideal, hayan influido para contradecir en parte su claro propósito de construir un estado equitativo.
Confucio fue el educador más relevante de China comparado con Sócrates en Occidente; y que más influencia ejerció y aún hasta ahora sigue ejerciendo en esa cultura.
Pensaba que un alumno debía ser principalmente fuerte y decidido porque su responsabilidad era el futuro de la humanidad.
Su doctrina significó una revolución pedagógica, al identificar a la educación con el desarrollo individual, porque para él se ve reflejada en toda la personalidad.
Para Confucio la única educación que existe es la educación moral que es la única clave para la paz.
Confucio no era un Dios sino un gran filósofo y un maestro cuyo pensamiento armonizaba con otros filósofos contemporáneos orientales como Lao Tsé y su doctrina Taoísta en China, y el Budismo de la India.
El justo medio es el que el hombre virtuoso debe instalar en su corazón; y para gobernar lo esencial es la integridad.
El justo medio corresponde a la doctrina de la media de Buda como la via regia para lograr la sabiduría.
Como Platón proponía una estado ideal donde prevaleciera la benevolencia y el cumplimiento de las leyes.
Pero la clase gobernante no aceptaba estos ideales tan elevados contrarios a sus propias ambiciones de extender sus imperios.
Confucio consideraba que la benevolencia era más importante que la ley, ya que con benevolencia hay respeto auténtico en tanto que las leyes se pueden cuestionar.
Enfatizaba que aprender algo y ponerlo en práctica era la mayor alegría y que con las palabras se podía expresar la verdad y tocar lo invisible.
Para Confucio la sociedad perfecta era lograr la armonía de la elevación espiritual para obtener la paz y la felicidad de la humanidad.
Sigue en Segunda Parte