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Confucio y la Moral – Parte II

Publicado por Malena

Confucio y la Moral-Parte-2

La moral no surge de afuera hacia adentro, emerge del centro

El Budismo, el Taoísmo y el Confucianismo son las tres doctrinas filosóficas básicas de China.

Las enseñanzas de Confucio mantenían unida a una sociedad que contenía a la mayor parte de la población mundial.

Confucio estaba convencido que la paz de una comunidad era imposible si el hombre individual no lograba la armonía moral en su interior.

El Taoísmo no era muy diferente, al proponer la necesidad de armonizar los opuestos presentes en cada hombre; y el Budismo sosteniendo la teoría de la necesidad del autoconocimiento para lograr la sabiduría.

En China no existe la fidelidad a una sola doctrina, porque éstas forman parte de una unidad y están relacionadas entre si.

Tradicionalmente todo chino era confucionista al festejar las fiestas nacionales; si estaban enfermos convocaban a los sabios taoístas que les proveían hierbas sanadoras y se conectaban con los espíritus y al final de la vida llamaban a los sacerdotes budistas que creían en la reencarnación. Los tres cultos se fundían en la vida china en uno sólo.

Desde la infancia los chinos aprenden el respeto por los valores familiares y la importancia de las relaciones padre/hijo, marido/mujer, hermano mayor/hermano menor, amigo mayor/amigo menor, gobernante/súbdito.

La vida implica un constante entrecruzamiento de estas relaciones; y según sea el comportamiento de cada uno así será su destino.

Confucio decía que la base de toda relación es la comprensión de los sentimientos e intereses de cada uno. Si el hombre logra esa empatía será sensato, sincero, y no se encerrará en si mismo.

La relación familiar armónica se trasladará a la comunidad y a toda la sociedad, y así a todo el mundo.

Confucio no se detiene en las relaciones humanas solamente sino que incluye el respeto por la naturaleza y por todo el Universo.

El Confucianismo es una filosofía sobre el comportamiento ético con una función religiosa y los chinos consideran a Confucio el primer maestro.

Para Confucio la felicidad del hombre se basa en la tradición, la autoridad y la obediencia. Su doctrina establece un orden rígido para organizar una sociedad estable, donde cada individuo tendrá obligaciones con sus superiores y responsabilidades con sus súbditos.

Confucio no hablaba de Dios, sólo intentaba inculcar en la gente un método para vivir una vida de bondad en este mundo.

Ocupó cargos políticos de poca importancia y no tuvo oportunidad de reorganizar la sociedad. Fue expulsado de la corte porque sus métodos no favorecían a las clases dominantes y se retiró para seguir enseñando como maestro.

Sin embargo, sus enseñanzas sobrevivieron a través de los escritos que coleccionaban sus seguidores con sus dichos, plasmados en el libro llamado Analectas.

Confucio creía en la bondad intrínseca de la naturaleza humana y que las reglas eran interiores no exteriores, dependiendo de la voluntad individual.

El Budismo se incorporó a la cultura china para cubrir la necesidad de una respuesta trascendente que no aportaba el Confucianismo.

Para Confucio ser noble vale más que la vida misma. El respeto por uno mismo, la humanidad hacia los demás, la buena fe, la caridad, la cortesía, la generosidad y la solidaridad deben prevalecer. Una persona debe tener seguridad en si misma, elegancia, perfectos modales y ser competente. Hablará lo menos posible, no será vanidoso ni demostrará ser superior, excepto en los deportes.

La educación deberá permitir hacer frente a cualquier adversidad y evitará que el éxito se suba a la cabeza o que la amargura deprima.

Confucio creía que la educación es lo que lleva al hombre a ser completamente humano.