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Todo depende

Publicado por Ruben Avila

todo dependeEl otro día, si recordáis, os hablábamos de las 10 aporías de las que hacían uso los escépticos para fundamentar su tesis de la suspensión del juicio, aunque supongo que algunos dirán que se limitaban a tocar las narices. De hecho, si nos encontramos en nuestros días a algún escéptico, una de esas personas que se dedican a negar nuestras afirmaciones, a señalar todas nuestras contradicciones y a cuestionar todas nuestras creencias, probablemente le espetaremos que nos deje en paz, que deje de “tocar las narices”.

En cualquier caso, en el artículo anterior finalmente simplemente referenciamos cinco aporías, asegurando que de la otra mitad os hablaríamos más adelante. Pues bien, hoy es más adelante, ¿por qué no?

Así, a la diferencias entre las especies, entre la constitución de los seres humanos, entre la educación y carácter de las personas, entre las leyes y costumbres de naciones, que nos impiden, a decir de los escépticos, a hacer afirmaciones respecto a lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo… Podemos sumar también las siguientes aporías:

6. Nada lo percibimos de manera pura, sino que todo nos llega mezclado y combinado. El aire, la luz, la humedad, el frío, el calor… y un sinfín de influencias más tienen un peso específico en cómo percibimos o sentimos. Por ejemplo, una misma roca que en tierra debe ser levantada entre dos, en el agua puede ser lo suficientemente ligera como para ser levantada por una sola personas.

7. La distancia y posición tanto del individuo que percibe, así como del objeto percibido y del entorno en el que éste se encuentra, también influirá de manera definitiva en cómo es su realidad. La luna nos puede parecer más pequeña un coche que pase a nuestro lado porque aquella está a una distancia infinitamente superior a éste. También, en ocasiones, lo circular parece cuadrado, dependiendo de la perspectiva.

8. La cantidad, el calor, frío, lentitud, rapidez o palidez (amén de «otras coloraciones de las cosas»), también influye en cómo percibimos los objetos. Así, los médicos aseguran que tomar un vasito (cantidad) de vino en las comidas tiene efectos positivos en nuestra salud; pero si nuestro gusto por este licor de uva nos lleva a ingerir varias botellas de vino diarias, nuestro hígado terminará padeciendo el exceso y la cirrosis galopante que seguramente sufrirá terminará destrozándolo por completo. Además de otros efectos negativos en nuestro comportamiento y vida en general.

9. Lo frecuente, raro o extraño también son un elemento a considerar en nuestra forma de ver el mundo, ya que en los lugares que es frecuente la lluvia o la nieve, por poner solamente dos ejemplos climatológicos, sus habitantes no se extrañaran al ver llover o nevar, lo que sí harán en lugares secos en los que no nieva o llueve nunca.

10. Por último, la relación entre las cosas es otro dato a tener en cuenta, puesto que lo ligero sólo será tal respecto a lo pesado (y viceversa) o lo de arriba respecto a lo de abajo (y viceversa).

Además de estas aporías, es importante considerar la influencia del tiempo en nuestra percepción. El tiempo puede alterar nuestra percepción de la realidad, tanto en términos de la duración de un evento como en términos de la secuencia de los eventos. Por ejemplo, un minuto puede parecer una eternidad cuando estamos esperando algo con ansias, pero puede pasar en un abrir y cerrar de ojos cuando estamos disfrutando de algo.

Además, la percepción de los objetos puede variar dependiendo de su contexto. Un objeto puede parecer grande o pequeño, pesado o ligero, dependiendo de los objetos que lo rodean. Por ejemplo, una pelota de tenis puede parecer grande cuando se compara con una canica, pero pequeña cuando se compara con una pelota de baloncesto.

Por otro lado, nuestras emociones y estados de ánimo también pueden influir en nuestra percepción. Cuando estamos felices, tendemos a percibir las cosas de manera más positiva, mientras que cuando estamos tristes o enojados, nuestra percepción puede ser más negativa.

Finalmente, es importante recordar que nuestra percepción también puede ser influenciada por nuestras creencias y expectativas. Si esperamos que algo sea de una determinada manera, es probable que lo percibamos de esa manera, incluso si la realidad es diferente.

Imagen: javierfloresc.blogspot.com.es/