Platón y Aristóteles
El pensamiento de estos dos grandes filósofos representa el más grande exponente de la filosofía griega y del mundo.
Aristóteles fue discípulo de Platón y permaneció en su Academia durante veinte años, recibiendo indudablemente su influencia.
Sus doctrinas tuvieron coincidencias pero también divergencias, las cuales si se llegaran a conciliar podrían complementarse adecuadamente para constituir una síntesis superior a ambas doctrinas separadas.
Para Platón el Ser tiene realidad eterna y consistente en tanto que la cosmovisión de Aristóteles más definida es la del devenir.
Ambas posiciones se unen en la afirmación de que ambas realidades son efectivamente reales.
Platón como Sócrates le daba validez a los juicios éticos y ambos por medio de la discusión racional intentaban entender estos valores y lograr una definición.
Los valores éticos son ideales que se espera sean realizados en forma concreta en el mundo material.
Para Platón los valores ideales son inmutables y son captados intuitivamente mediante un proceso de razonamiento.
Todos los valores morales ideales son perfectos y tienden al bien porque participan de la idea suprema del Bien.
De esta manera Platón elaboró una metafísica sobre los valores morales y estéticos basada en la ética de Sócrates ampliándola posteriormente a las sustancias individuales.
Este nuevo punto de vista lo llevó a Platón a investigar más profundamente la relación entre los objetos sensibles y las ideas o esencias ejemplares.
Desarrolló entonces el concepto de que las cosas cambiantes son las copias, espejismos o imitaciones de las ideas verdaderas y esa era la relación que veía entre el mundo sensible y el inteligible.
El verdadero significado del devenir de Platón era la búsqueda del acercamiento gradual a la idea para lograr que se realice tanto en la personalidad como en la sociedad, realización que es tarea de Dios y de los hombres.
La filosofía es una actividad mental y se ocupa principalmente del Ser y luego del devenir, por lo tanto el acento en el pensamiento de Platón está puesto en el Ser inmutable.
El legado de Platón en Aristóteles se percibe en su afirmación de que la metafísica estudia al Ser en cuanto ser, pero Aristóteles entiende el cambio y el devenir como la causalidad final del Primer Motor Inmóvil que distingue a la contemplación teórica de los objetos inmutables como la actividad más excelsa del hombre.
La principal objeción de Aristóteles a la teoría de Platón era el dualismo entre los objetos sensibles y las ideas y ningún tipo de justificación que los uniera.
Para Aristóteles, toda la naturaleza tiene presenta una escala jerárquica de especies y cada una de ellas tiende hacia la total actualización de su esencia de una manera asombrosa e inexplicable.
La naturaleza es para Aristóteles un proceso dinámico de autoperfección y autodesarrollo y toda esa serie de fenómenos tiene un sentido y un significado.
Para Aristóteles por lo tanto el Ser de una cosa Es, sólo en acto, el ser se está realizando constantemente en la materia, en los fenómenos, atraído por la Actualidad última, el Ser Supremo.
Aristóteles pensaba que el fin del hombre es una actividad y no una cualidad mientras que para Platón parecía limitarse más a la cualidad.
Ninguna de las dos teorías sobre la realidad es la verdad total, pero ambas contribuyeron a esclarecer racionalmente una posible respuesta sobre el misterio del mundo y el sentido de la vida.