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Las escuelas socráticas (megárica, cínica y cirenaica)

Publicado por Christian

Sócrates, filósofoBajo este nombre, se agrupan algunos amigos y discípulos de Sócrates que desarrollaron aspectos diversos propios del socratismo. En este punto, diversos autores, estudiosos, historiadores e investigadores individuales hablan de socráticos menores, a pesar de no ser muy exacta esta definición subjetiva, pues no se tienen unos testimonios escritos fehacientes que demuestren tal denominación, y que muchas de las ideas de éstos habían de pervivir y alimentar a filósofos como Platón o Aristóteles.

Una de las figuras más importantes del socratismo fue el historiador Jenofonte (nacido en Atenas aproximadamente en el año 430 a.C., participó en la situación política creada en ésta durante el denominado como Gobierno de los Treinta Tiranos), gracias a cuyo trabajo conocemos noticias abundantes que nos han servido para reconstruir a nuestro personaje, exactamente en sus «Recuerdos de Sócrates», «La Apología o el banquete».

Destacó a su vez Esquines de Esfeto, quien dejó, al parecer, en sus diálogos perdidos ecos del ethos y carácter del propio Sócrates.

La escuela megárica

El principal y más importante representante de esta escuela fue Euclides, natural de una ciudad muy próxima a Atenas, Megara. Dio una versión «eleática» del bien, pues lo identificaba con el uno, con lo que siempre es idéntico a sí mismo, no existiendo más que este bien exclusivo, dado que toda realidad está sujeta al cambio y a mutación continua.

Estilpón, compañero de Euclides, unió elementos cínicos y eleáticos, y fue un combatidor nato de las «ideas» platónicas, sosteniendo la apatía como principio fundamental del bienestar humano.

Fedón fue el discípulo predilecto de Socrátes que estuvo más próximo a las teorías de los megáricos, dando nombre a uno de los más importantes diálogos de Platón.

La escuela cínica

Destacan Aristipo y Antístenes. Probablemente, el nombre de «cínico» le vino porque defendía la vida natural como la llevan algunos animales amigos del hombre, o bien por el gimnasio donde enseñaba. Gracias al trabajo conservado de Diógenes Laercio, conocemos el catálogo de un gran número de obras elaboradas por éste, y completó el escepticismo de Gorgias, siendo imposible predicar algo de algo.

La escuela cirenaica

Toma su Aristiponombre de una ciudad existente en aquellos instantes en la costa norte de África y patria de Aristipo, Cirene. Antes de conocer a su Maestro, este filósofo fue discípulo de Protágoras. Y es que, siguiendo principios diversos, fundamentalmente de carácter sofista, destacó el aspecto aparentemente «subjetivo» de las sensaciones: no podemos conocer nada fuera de nosotros mismos ni afirmar nada, pues, por ejemplo, si a algunos un determinado elemento le parece blanco… para otros no lo será, o, al menos, no lo verán como nosotros lo vemos.

Este subjetivismo «radical» se proyectó a su vez hacia el mundo moral, pues, frente al intelectualismo de su segundo Maestro y a su fe en los conceptos, vio la importancia del placer y el dolor como elementos puramente esenciales de nuestra percepción. Lo siguieron Hegesias y Teodoro.