Filosofía

Sócrates

Publicado por Christian

Sócrates, representado en una esculturaNacido en el año 470 a.C., probablemente cursó estudios de astronomía y geometría en su juventud. Figuró entre los atenienses que lucharon en Anfípolis, Delio y Potidea, pero esta experiencia no le incitó a tomar una parte activa en la vida política de su ciudad. El único interés que conservó durante toda su existencia fue la filosofía, que concebía como un incesante examen, tanto de los demás como de sí mismo. En este deseo de estudio, sacrificó toda actividad práctica.

Sócrates no dejó ningún escrito, pues consideraba que un texto podía ser útil para conocer la orientación de determinada escuela, pero no servía para estimular a la propia investigación. Sin embargo, sus ideas y enseñanzas se han preservado a través de los diálogos de sus discípulos, especialmente Platón y Jenofonte. A través de estos diálogos, se puede apreciar su método de enseñanza, conocido como la mayéutica, que consistía en hacer preguntas para estimular el pensamiento crítico y para ilustrar ideas.

El tema constante de su filosofía es el hombre en sus relaciones con la comunidad exacta en donde vive. Desechó totalmente el estudio sobre la naturaleza, queriendo incitar al hombre a conocerse a sí mismo, y conocer además sus propios límites y el criterio de lo justo que debe guiarlo en sus propias relaciones.

Afirmaba, a su vez, que la primera condición para llegar a ese conocimiento, es que el sujeto debe reconocer su propia ignorancia, oponiéndose con ello a la posición defendida por los sofistas, que conformaban la más importante escuela filosófica del momento. Para descubrir esa misma ignorancia, utilizó la ironía, con la que pretendía hacer ver a los hombres que sus convicciones y pensamientos se fundamentaban únicamente en palabras mal usadas, sumergiendo al hombre en la duda e incitándolo a la búsqueda, y haciendo víctima de su ironía al pensador dogmático. Consideraba su filosofía como una misión confiada por un poder trascendental, más allá del hombre y por encima de él.

Este proceso que se realiza a través del diálogo es lo que Sócrates denomina como arte mayéutica, que coincidirá al hombre al verdadero saber, lo que da a entender que, en esta enseñanza, virtud y saber se identifican, pues el hombre quiere saber lo que debe hacer porque es bueno para su propia subsistencia: la virtud.

Divulgó su enseñanza por las calles y plazas de Atenas, al aire libre, donde el propio pueblo lo escuchaba. Y, precisamente por ello, lo situaba como un filósofo en contraste con los fautores diversos de la religión tradicional, rebelándose contra las normas y convicciones diversas, e incluso predicando la libertad absoluta.

Cuadro pictórico donde se representa a Sócrates bebiendo la cicutaBajo este clima difícil, maduró el proceso promovido en contra de él bajo la acusación clara (aunque justificada) de una difusión de ideas entre los jóvenes contrarias a la misma religión, y un «claro» desprecio por los jóvenes. Reafirmó la rectitud de su enseñanza ante los jueces, siendo condenado a muerte.

Mientras esperaba la ejecución de la sentencia, amigos, discípulos y compañeros intentaron por todos los medios posibles inducirlo a huir, pero él los rechazó argumentando que siempre había predicado la justicia y el respeto a las leyes. Esta lealtad a sus principios y a la ciudad que amaba, incluso en la cara de la muerte, es uno de los aspectos más admirados de su carácter.

Según la costumbre ateniense, bebió la cicuta y murió mientras conversaba con sus discípulos, en el año 399 a.C.,. Su muerte marcó el fin de una era, pero su legado perdura hasta nuestros días. A través de sus enseñanzas, Sócrates cambió para siempre el curso de la filosofía, y su influencia se puede sentir en muchas áreas del pensamiento humano, desde la ética hasta la lógica.