Filosofía

Helenístico

Publicado por Ruben Avila

helenísticoEntre el siglo III a.C. y el siglo III de nuestra era, se sucedieron grandes acontecimientos geopolíticos. Cayó Grecia tal como se conocía, emergió la figura de Alejandro Magno, que expandiría el dominio macedonio por medio Asia, surgieron y cayeron los estado diádocos, sucesores del imperio alejandrino, y, finalmente, apareció el colosal Imperio Romano, que domino el panorama mundial, un mundo en aquél tiempo más bien pequeñito si lo comparamos con el actual, es cierto, pero en cualquier caso, tiene un poder económico, militar y político hegemónico. Sin duda alguna, en estos 6 siglos ocurrieron grandes acontecimientos, se produjeron importantes cambios políticos y culturales, avances en la estrategia militar, etc. En todos los campos… salvo en el arte. Cuando menos respecto a lo que se refiere a los conceptos de arte y belleza, que no experimentaron ninguna evolución. No así otros campos, eso es cierto.

Helénico y Helenístico

En otros ámbitos, como el de la economía, historia o política, esta época se divide en dos grandes bloques. En el primero los tres primeros siglos, pertenecientes a la cultura helenística; el segundo, los tres siguientes, pertenecientes al Imperio Romano. Pero teniendo en cuenta que en la historia de la estética los progresos en el periodo romano tampoco fueron tantos, se puede agrupar los seis siglos en un mismo periodo.

Además, es importante destacar que durante el periodo helenístico, se produjo una gran expansión del conocimiento. Se fundaron bibliotecas y museos, y se fomentó la investigación en todas las áreas del saber. Los filósofos helenísticos, como los estoicos y los epicúreos, desarrollaron nuevas teorías y conceptos que han influido en el pensamiento occidental hasta nuestros días. También se produjeron importantes avances en la medicina, la astronomía, la matemática y la física.

Por otra parte, lo que sí conviene diferenciar, entre lo que sí debemos trazar una línea divisoria, es entre los conceptos de Helénico y Helenístico. Por decirlo brevemente:

El primero, el Helénico, corresponde a la cultura elaborada por las ciudades-estado griegas, cuando estaban todavía bastante aisladas, la época de Platón, de Sócrates y anterior. Por su parte, el segundo, el Helenístico, corresponde a la época en la que hay más relación con el exterior, con los países y regiones del entorno.

Finalmente, esa línea divisoria la marca indudablemente Alejandro Magno. Con él se acaba lo helénico y comienza lo helenístico, la época de mayor expansión pero, también, o por eso mismo, la época donde comienza a perder la homogeneidad. Las antiguas ideas griegas se diluyen, se mezclan y se transforman. La propia vieja Grecia, la de las todo poderosas Esparta y Atenas, ya caídas bajo el yugo alejandrino pierden fuerza y poder. Las ciudades-estado que componían la Antigua Grecia dejan de ser un poder político y militar. Y, con el tiempo, también dejará de ser el centro cultural más importante.

Sin embargo, sobre todo en Atenas, se mantiene una intensa vida intelectual. En palabras de Luciano, «reinaba allí el ambiente más filosófico, el más hermoso para los que piensan hermosamente».

Sin duda alguna, la vieja Grecia se negaba a perder toda su fuerza. Quien ha sido el más grande entre los grandes, quien ha dominado el campo militar, político y económico, es natural que resista a verse relegado. Las ciudades-estado estaban acostumbradas a pelear entre sí, a perder batallas entre ellas, pero no a dejar de ser importantes en el ámbito geopolítico y cultural. Alejandro Magno fue el que acabó con su hegemonía e inició su decadencia.

Imagen: brasilescola.com