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Aristóteles y su filosofía sobre la naturaleza

Publicado por Malena

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Con respecto a la naturaleza, Aristóteles la define como el conjunto de todas las cosas materiales capaces de cambiar y desarrollarse con un propósito determinado. Todo movimiento hacia el cambio se produce por un agente externo que pone en acción la tendencia intrínseca de los objetos naturales a cambiar.

El movimiento supone la existencia de un espacio o lugar y un tiempo, porque el movimiento consiste en un cambio de lugar. El tiempo también está relacionado con el movimiento y el cambio pero aunque éstos no se produzcan igualmente el tiempo pasa, por lo tanto Aristóteles considera al tiempo un “continuum”, y que sólo las cosas que se mueven o que están en reposo pero se pueden mover, están en el tiempo.

El movimiento es eterno y está en el tiempo, por lo tanto el tiempo también es eterno, no comenzó nunca ni terminará jamás.

Para Aristóteles el tiempo verdaderamente uniforme es circular y si no habría ninguna mente que lo midiese tampoco habría ningún tiempo, aunque si existiría el “substratum” del tiempo independientemente de la mente.

Aristóteles piensa que tanto los hombres como los animales habrían existido siempre y plantea la posibilidad del infinito.

No puede existir ningún cuerpo infinito porque está limitado por su superficie y por sus componentes que también son finitos, ni tampoco no puede haber un número infinito porque todo número es el que puede ser numerado y lo infinito es también innumerable.

El infinito sólo puede existir en potencia, no en acto, lo mismo que el tiempo y el número.

La naturaleza tiende hacia un fin, desde un estado de potencia hasta un estado de acto, o sea la encarnación de la forma en la materia.

Al atribuirle Aristóteles un propósito a la naturaleza, como un principio activo y organizador consciente, descuidó la sistematización auténtica de su tesis, exponiéndose a que se cuestionara esta afirmación.

Para él, el universo está formado por un mundo supralunar y otro sublunar. En el primero están los astros que son imperecederos , que no cambian, y que sólo se mueven localmente en forma circular.

Aristóteles supone que la tierra es esférica y que se encuentra en el centro del Universo en estado de reposo; que está rodeada por capas concéntricas y esféricas de agua, aire y fuego o lo cálido; y por encima de éstas se encuentran las esferas celestes, siendo la superior de ellas, que es la de las estrellas fijas, la que debe su movimiento al Primer Motor.

Las cosas particulares nacen y mueren en este mundo, pero los géneros y las especies son eternos.

En este sentido cabe destacar que Aristóteles propone una teoría de la evolución temporal de los seres, encontrándose la materia inorgánica en la parte inferior de la escala y en la superior la materia organizada, considerando a las plantas inferiores a los animales.

Sin embargo, las plantas tienen un alma o sea su principio vital con la capacidad de vivir, su forma o principio del movimiento y fin.

El alma le da existencia al cuerpo y cada órgano tiene un propósito que consiste en su actividad específica.

Fuente: «Aristóteles, Vida, pensamiento y obra», Colección Grandes Pensadores, Edic. Planeta DeAgostini, Año 2007