Cicerón en su clasificación de las artes echo mano de diversas distinciones. Aunque podemos destacar la separación que realizó entre artes liberales y serviles (ya en un artículo anterior analizamos su idea sobre arte, es por eso que aquí nos centramos en las diferentes divisiones que lleva a cabo), por otra parte, usual en el mundo antiguo. Pero, como en otros campos, el filósofo romano dio una vuelta de tuerca a la concepción habitual. Así, dejó de suponer que las liberales no requerían trabajo físico, digamos que un criterio negativo, para suponer que lo que las distinguía de las serviles era que requerían más inteligencia o eran más útiles, un criterio positivo, ya que hemos pasado del “no” al “sí”.
De esta forma, prácticamente, Cicerón creó una nueva clasificación que le permitió reunir a lo que ahora consideramos las “bellas artes”, incluyendo por primera vez a la arquitectura dentro de las artes liberales.
Cicerón también uso otro tipo de distinción, también habitual, la que distinguía entre artes que son necesarias para vivir y artes que simplemente deleitan. Como aseguró en su De natura dorum: