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La Realidad es el signo de otra

Publicado por Malena

la realidad es un signo

No vemos la realidad en forma pasiva, porque la forma en que se presenta a nosotros nos impresiona, nos provoca una apertura y nos impulsa a descubrir algo más, otra cosa distinta, nos mueve hacia algo que está más allá de ella que no se ve a simple vista.

Lo que nos conmueve de la realidad es lo que nos lleva a preguntarnos sobre ella y eso que vemos y que podemos tocar y que nos mueve hacia otra cosa es el signo.

El sentido del signo es mostrarnos una realidad diferente y también es la forma normal de comunicarse con el otro.

La vida del hombre está hecha de signos, señales que nos están informando algo más de lo que aparece en forma inmediata.

La experiencia existencial tiene un carácter exigente. Exige la verdad del significado de las cosas, sobre la existencia, sobre su finalidad, sobre la verdad última, porque no se puede conocer nada si no es en relación a un todo.

Otra de sus exigencias es la de la justicia. La justicia en este mundo es inalcanzable; sólo es posible la justicia en uno mismo; aunque sin la esperanza de un más allá es imposible.

La tercera exigencia es la felicidad, o sea la plena realización de uno mismo, la plenitud, la perfección que no existe en este mundo pero que anhelamos.

La cuarta exigencia es el amor, que siempre está más allá de cualquier modalidad espiritual o persona física.

El ser humano siempre se remite a otra cosa, porque todas las cosas de esta realidad no le alcanzan. Esa otra cosa no coincide con nada de esta vida que solamente son signos de una realidad mejor.

La única experiencia de plenitud es el tú, porque el tú no es asimilable a otra cosa, es evidente por si mismo, algo distinto de mi que me complementa más que cualquier otra experiencia en este mundo.

El hombre descubre la razón que exige comprender la existencia en su totalidad, pero esa respuesta está más allá del horizonte de nuestra vida.

La respuesta existe, pero el hombre no puede saber lo que es y la razón tropieza con ese misterio infinito que no puede alcanzar.

El misterio es el descubrimiento más grande de la razón que obliga a admitir la existencia de algo incomprensible.

Este es el signo del destino infinito de nuestra existencia, la apertura hacia lo inconmensurable.

Esa realidad es el misterio, lo que le da sentido a la existencia de todos nosotros y a todas las cosas.

Nada tiene significado sin ese algo inasible, porque todo significado para el hombre es en relación a algo, lo obliga a salir de si mismo para encontrar el vínculo con otra cosa.

Las relaciones humanas actuales basadas en el cinismo llevan a la pérdida de la verdad, de la justicia, de la alegría y del amor, y reduce todo a lo concreto.

Toda manifestación religiosa la humanidad la ha denominado el misterio de la existencia, algo innombrable, inmensurable, desconocido, infinito y eterno; omnipotente y, omnipresente, todas cualidades que no corresponden a nuestra realidad humana. Representa la bondad y el amor, no como nosotros los concebimos pero si para interrogarnos y acercarnos a ese misterio.

Fuente: “El sentido religioso”, Luigi Giussani, Editorial Sudamericana, 1998