El Misterio de la Vida
Deepak Chopra, en “El libro de los secretos”, vuelve a inspirarnos al revelarnos con su elocuente manera de decir, que para poder satisfacer el más grande anhelo humano es necesario descubrir el misterio de la vida, o sea tener una respuesta sobre el significado de la existencia y sobre los grandes enigmas como el amor, la muerte, Dios, el alma, el bien y el mal.
Desde su perspectiva, este misterio, que trasciende todas las cuestiones externas que preocupan al hombre, como el dinero, la posición social o la seguridad; se encuentra en la dimensión oculta de la realidad y a pesar del desarrollo de la ciencia, el hombre actual conoce menos de ella que nuestros antiguos antepasados.
Durante miles de años los seres humanos creyeron que el espíritu es lo verdadero; porque es lo que mantiene unidos a la acción, el pensamiento y al sentimiento en una realidad única, lo que permite conocer qué es lo correcto y lo que evita la fragmentación interior y el conflicto.
La ciencia y la razón han hecho que el hombre actual haya perdido la sabiduría de su espíritu y no pueda darse cuenta que lo que percibe como realidad es falso; porque la vida solamente se revela en forma constante cuando desaparece la negación, la represión y la duda.
Esa realidad profunda es la que permite saber quiénes somos, cuál es nuestro propósito y vivir una vida sin conflictos.
El propósito de la vida es colaborar con la expansión y el crecimiento de la creación y el misterio es saber cómo hacerlo.
Nos damos cuenta que la vida es más de lo que parece cuando nos sentimos conmovidos, cuando la belleza de la naturaleza nos estremece, cuando la realidad nos asombra.
Estas son las señales de la verdadera realidad, además de las innumerables experiencias espirituales que tantas personas han testimoniado haber vivido en todas las épocas.
Para poder descubrir esa realidad única es necesario cambiar el modo de percibir; y la sabiduría del cuerpo nos puede ayudar a acceder a esa dimensión.
No solamente el cerebro posee inteligencia, también son inteligentes, por ejemplo, el sistema autoinmune y el digestivo.
El tracto digestivo tiene múltiples terminaciones nerviosas que reaccionan a los acontecimientos externos y que hacen posible que las células del colon, del hígado y del estómago piensen en su propio lenguaje.
Desde hace millones de años las células son mucho más inteligentes que el hombre como ser pensante, o sea que su sabiduría es mucho más antigua que la de la corteza cerebral.
Tal vez hasta el universo sea mucho más sabio que todos nosotros, como las células de nuestro cuerpo que tratan de expandirse, crecer y crear, colaborando con la totalidad del organismo mejor que lo que hacen los individuos con su entorno.
La sabiduría de la célula se caracteriza por su pasión y por su compromiso con el resto del organismo; porque cada célula tiene un propósito superior en relación con la totalidad, está atenta, no se considera superior a las otras, se renueva creativamente, tiene el mismo ritmo del universo, se deja llevar, se mantiene conectada, es generosa, valora todos los cambios, incluso la muerte y es capaz de dar la vida para proteger al cuerpo.
La célula que actúa individualmente y pretende recrearse indefinidamente es la que desarrolla un cáncer.
¿Por qué el hombre no se comporta como una célula sana y en cambio se comporta como una célula cancerosa?
Fuente: “El libro de los secretos”; Deepak Chopra.