Quién eres será con certeza una de las cosas que más te preocupen en la vida. Y, más concretamente, saber que eres. Creemos ser algo —independientemente de lo que sea ese algo— que definimos como “yo”. Así, cuando alguien hace algo podemos alagarle o reprenderle, pero sabiendo que nos dirigimos a un “yo” distinto al nuestro; siendo conscientes de que lo que es responsable de lo que ha hecho porque es.
Pero, como ya hemos hablado en otras ocasiones, ese “yo” probablemente no sea más que una ficción. Y aun admitiendo que no lo sea —es decir, suponiendo que sea una entidad tal que podamos definirla sin problemas como un “yo”—, lo cierto es que: