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Biografía de Gottfried Leibniz – Segunda Parte

Publicado por Malena

Leibniz, Gottfried Wilhelm-Biografía y Obra-Segunda Parte

Debe saber toda persona que el corazón tiene neuronas.

Leibniz lee la obra de Locke y ese es su punto de partida para elaborar su teoría de la razón, proponiendo que existen verdades de razón que enuncian un ser o un consistir necesario y verdades de hecho un ser o un consistir contingente.

El ser o consistir necesario no puede ser de otro modo, como por ejemplo: el triángulo tiene tres lados; en tanto que el ser o consistir contingente puede cambiar, como son las verdades históricas.

Las verdades de la razón como las matemáticas están en nuestro pensamiento, y no las aprendemos sólo las descubrimos.

Esta propuesta de Leibniz nos recuerda a la teoría de las reminiscencias de Platón.

Estas idéas a partir de Leibniz y sobre todo de Kant, se van a denominar “a priori”, que quiere decir desde el punto de vista filosófico, independiente de la experiencia.

El conocimiento tiene que consistir en convertir cada vez más las verdades de hecho en verdades de razón, introduciendo las matemáticas en la realidad.

El conocimiento será cada vez más racional cuanto más matemático sea y Leibniz lo comprueba inventando el cálculo infinitesimal.

Leibniz descubre la constancia de la fuerza viva en un sistema cerrado, o sea, que el punto material no es punto geométrico solamente, sino que además contiene una fuerza viva que es la que determina su trayectoria y su cantidad de movimiento.

Esa cantidad de movimiento y esa fuerza viva que contiene el punto material es en un momento determinado, el resultado exacto de todo el pasado de la trayectoria que la masa de ese punto material ha recorrido; y contiene ya en germen la ley de la trayectoria futura.

Los cuerpos, según Leibniz no son solamente figuras geométricas, sino además y sobre todo, fuerzas, conglomerados dinámicos de energía.

La mónada es aquello que tiene energía; es sustancia activa, es indivisible, individual, o sea que ninguna es igual a otra y está dotada de percepción y apetito.

La percepción para Leibniz es la representación de lo múltiple en lo simple y el apetito es la tendencia a pasar de una a otra percepción a partir de una ley espontánea interna y corresponde a la realidad que llamamos “yo”.

En cualquier momento de su existir, la mónada es una reducción del mundo entero.

Las mónadas tienen percepciones pero también tienen apercepciones, es decir, conciencia de que están percibiendo y memoria y esto constituye las almas, o sea un plano superior en la jerarquía metafísica.

Quiere decir Leibniz que existen percepciones inconscientes, o sea que podemos estar percibiendo sin apercibir. Por ejemplo, podemos ser conscientes de un conjunto de pequeños ruidos y no de cada uno de esos ruidos en particular.

continúa en Parte 3