El Manifiesto Comunista de Marx y Engels-Segunda Parte
La formación de la clase proletaria, la eliminación de la burguesía dominante y el acceso del proletariado al poder político son los propósitos inmediatos del comunismo.
En lo que se refiere a la propiedad privada, esta doctrina no propone la eliminación de la propiedad general sino de la supresión de la propiedad de la burguesía para poder transformarla en propiedad social.
Considera al capital un poder social y no personal, y que sólo la transformación del carácter social de la propiedad, le hará perder su característica clasista.
El comunismo, no niega a ninguno ser dueño de productos sociales, solamente priva del poder de aprovecharse del trabajo de otros por ese medio.
Según este manifiesto, el proletariado, una vez que haya conquistado el poder político y se haya organizado como clase dominante, irá adueñándose del capital de la burguesía con el propósito de concentrar todos los medios de producción en el estado, de manera de aumentar lo más rápido posible el volumen de la producción.
Propone las siguientes medidas:
1) Se procederá a expropiar la tierra y se emplearán sus beneficios para soportar los gastos del Estado
2) Se aplicarán mayores impuestos en forma progresiva
3) Se abolirán los derechos de herencia
4) Se confiscará el patrimonio de rebeldes y emigrantes
5) Se centralizará el crédito en un único banco nacional estatal.
6) Los transportes serán del estado
7) Se abrirán nuevas fábricas nacionales, se aumentará la producción, y se mejorarán las tierras y los cultivos siguiendo un proyecto general
8) El trabajo será obligatorio por igual y se formarán verdaderos ejércitos industriales y agropecuarios.
9) Se eliminará la diferencia de la explotación industrial y de la agricultura
10) La educación será gratuita y pública para todos, erradicando la práctica del trabajo infantil y unificando la educación con el trabajo
Utópicamente, cuando las diferencias de clases no existan y la producción esté a cargo solamente de individuos asociados, el poder político perderá ese carácter.
La burguesía será reemplazada por las asociaciones que permitirán el desarrollo libre de cada ciudadano.
El comunismo reconoce que estos objetivos sólo podrán realizarse por medio de la revolución violenta contra todo orden social que exista anteriormente.
La realidad ha demostrado que el comunismo es una utopía, porque ha fracasado en todo el mundo, y ha demostrado que cuando el proletariado accede al poder, es capaz de volverse tan corrupto o aún más que cualquier otra clase social preexistente.
También ha fracasado el modelo de familia que propone institucionalizar a la infancia para liberar a las mujeres de la crianza de sus hijos y agregarlas a las fuerzas de producción.
La experiencia en los kibuts de Israel, que como tales ya no existen y están siendo vendidos como barrios cerrados, reveló que la crianza de los niños en instituciones, lejos de sus familias, producía resultados funestos en su personalidad, debiendo esta práctica ser revertida, demostrando que el ámbito más adecuado para criar a un niño es su hogar, rodeado de los suyos.
El Estado proletario como administrador, demostró también ser ineficiente, ineficaz y corrupto, convirtiendo a los funcionarios en la nueva clase privilegiada con derecho a gozar de un mejor estilo de vida, y evidenciando que la burocracia, en el comunismo se transforma en un fin en si misma, cuando a nadie le importan los resultados generales.
Sin embargo, el mundo anhela un nuevo orden social, que no debe imponerse por la violencia y la subversión sino que sólo podrá llevarse a cabo en forma paulatina y sostenida, por medios pacíficos, sin derramamiento de sangre, naturalmente, cuando la educación esté al alcance de todos y sea posible un cambio de conciencia individual, en un mundo donde sobrevivirán sólo los más sabios.