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La Filosofía después de Kant

Publicado por Malena

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La idea de absoluto de Kant, se convierte en filósofos posteriores en su punto inicial.

El realismo, cuya máxima expresión es Aristóteles, afirmaba que todo lo que percibimos existe. Las cosas existen y la existencia es real, dándole el nombre de sustancia. Las sustancias existen y también consisten, o sea tienen una esencia.

Aristóteles decía que podemos conocer las sustancias de dos maneras: por medio de concepto de sus esencias, que son las características esenciales de cada una de ellas y mediante la percepción sensible que especifican y singularizan las cosas.

De esta forma, según Aristóteles se puede llegar al conocimiento pleno, total y absoluto de la realidad, considerando al yo que conoce como una sustancia entre todas las que hay, sólo que a diferencia de las demás es una sustancia racional.

Descartes inaugura una visión idealista, cuyo exponente máximo es Kant. Para el idealismo lo que existe las cosas no son en si mismas, o sea las cosas son en la medida que son pensadas.

Tanto Descartes, como Leibnitz, y los filósofos ingleses sucesores de Descartes, mantuvieron vigente la idea de que hay algo que existe independientemente de todo pensamiento.

Vemos que sólo Kant propone que un objeto pensado es objeto sólo cuando es pensado y es la actividad del pensamiento la que crea el objeto pensado; eliminando el último vestigio de realismo, que quedaba dentro del idealismo de los filósofos anteriores a él.

Esta relación sujeto objeto es la condición que propone Kant para el conocimiento, que a su vez plantea nuevos problemas que se resuelven con una nueva relación de causa y efecto y efecto de causas que nunca termina, porque la necesidad del hombre es llegar a lo incausado, lo incondicionado, lo absoluto. Ese absoluto para Kant es el ideal del conocimiento, un potencial que le imprime una dirección hacia el progreso

Además, ese absoluto para Kant es la posibilidad de la conciencia moral.

Los filósofos posteriores a Kant ya no toman como punto de partida el conocimiento y la moral sino lo absoluto. Este algo absoluto e incondicionado es lo que dirige y hace progresar al conocimiento y le da un fundamento a la validez de los juicios morales.

Fichte, Schelling y Hegel son los tres filósofos que parten de la existencia de lo absoluto, en quienes también se puede descubrir la influencia del filósofo alemán Espinosa.

Estos tres filósofos también caracterizan a este absoluto como pensamiento, acción, razón o espíritu pero concibiéndolo siempre como algo espiritual y no material.

Ese absoluto es eterno, fuera del tiempo y del espacio y de su seno da de sí manifestaciones de formas y esencias propias, que es lo que conocemos como mundo, historia, obras humanas y al mismo hombre.

Estos filósofos utilizan el método de la intuición intelectual, capaz de aprehender la esencia de lo incondicionado y de realizar operaciones discursivas, sistemáticas y deductivas para explicitar sus manifestaciones en la naturaleza, en el mundo y en el hombre.