Filosofía

Persona

Publicado por Malena

La palabra persona deriva del griego y significa máscara. Es la máscara que llevan los actores de las tragedias griegas, para desempeñar su rol, cuando interpretan esos personajes.

Persona es el personaje, y también significa “hacer resonar la voz” a través de las máscaras. No se sabe si los griegos alguna vez utilizan este término para referirse a la personalidad humana.

El pensamiento cristiano es el que hace las elaboraciones más explícitas de la noción de persona.

El primero en abordarla es San Agustín que utiliza esta palabra para referirse a las tres personas de la Santísima Trinidad y también al ser humano.

Se basa en la noción aristotélica de relación, para no considerar a las personas divinas simples substancias impersonales en el sentido clásico; y lleva este término a la experiencia, que desde entonces se denomina personal.

Para San Agustín, la idea de persona asume un carácter íntimo que hace de la relación personal consigo mismo algo real y concreto.

Boecio, también es uno de los autores que más influyen en la historia de la noción de persona, al proporcionar la definición básica para los pensadores medievales, según la cual, la persona es una substancia individual de naturaleza racional, que existe por derecho propio.

Santo Tomás afirma que la individualidad se halla en la substancia que se individualiza por sí misma aunque los accidentes no sean individualizados por una substancia.

Las substancias individuales se llaman hipóstasis o substancias primeras y los individuos de naturaleza racional poseen el nombre de persona que los distingue de las substancias primeras.

La persona designa lo singular de la substancia, en el género del orden de las substancias racionales.

Leibniz propone que el término persona lleva a la idea de un ser pensante e inteligente, con capacidad para reflexionar racionalmente.

Otros autores modernos utilizan también elementos psicológicos y éticos y algunos distinguen entre la noción de individuo y la de persona.

La unidad del individuo se define con la negación, o sea, alguien es un individuo cuando no es otro individuo, en cambio la unidad de la persona se define con elementos de sí misma.

Si el individuo es humano es una entidad psicofísica, la persona es una entidad que se basa en una realidad psicofísica que no se reduce enteramente a ella.

El individuo está determinado en su ser, la persona es libre y consiste en ser tal.

Esta distinción entre lo determinado y lo libre la elaboran los filósofos que priorizan lo ético en la constitución de la persona.

Kant, por ejemplo, define a la persona o a la personalidad como la libertad e independencia ante el mecanismo de toda la naturaleza, la facultad de un ser sometido a leyes propias surgidas de su razón.

Para Kant, la personalidad moral es la libertad de un ser racional según leyes morales que no por haber sido establecidas por el hombre son arbitrarias.

La persona no puede ser sustituida por otra, es un fin en sí misma, por eso el mundo moral es un mundo de personas.

Para Fichte el Yo es persona no sólo por ser racional sino por ser un centro metafísico que se constituye a sí mismo.

Posteriormente, el concepto de persona cambia en dos aspectos: en cuanto a su estructura y en cuanto a sus actividades.

En cuanto a su estructura se tiende a abandonar la noción de substancia de la persona para destacar en ella un centro dinámico de actos; y en cuanto a sus actividades, se tiende a contar no solamente a las actividades racionales sino también a las emocionales y volitivas.

Para Max Scheler, la persona es la unidad de los actos espirituales o de los actos intencionales superiores. La persona es un individuo de carácter espiritual; y destaca en la realidad de la persona un motivo fundamental: el de su trascendencia.

Si la persona no se trascendiera a sí misma constantemente terminaría siendo una cosa.

Fuente: “Diccionario abreviado de Filosofía”; José Ferrater Mora.