Filosofía

Forma de vida

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

La noción de «forma de vida» es una noción central en la filosofía del segundo Wittgenstein. Él empleó este concepto para explicar la concordancia en la aplicación de las reglas lingüísticas en tanto que formas de comportamiento regulares y consensuadas.

Forma de vida

Fotograma de «Wittgenstein» (1993) de Derek Jarman. En esta escena Wittgenstein habla con un marciano. No obstante, siguiendo al segundo Wittgenstein, si encontráramos a un marciano aunque hablara no lo entenderíamos, porque no compartimos el punto de referencia común necesario para el entendimiento: la forma de vida.

El concepto de forma de vida tiene un sentido amplio

En la obra del segundo Wittgenstein, sobre todo en las Investigaciones filosóficas (IF), la noción de forma de vida tiene un sentido amplio, esto es, dentro de este concepto caen acciones y respuestas naturales propias de la especie, y también socio-culturales, es decir, relativas a comunidades y con mucha carga conceptual. La concordancia en la forma de vida, el hecho de que tengamos formas de vida compartidas, es la condición de posibilidad para que el lenguaje tenga lugar. Es decir, que «imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida» (IF, 19)

La forma de vida es, en la filosofía de Wittgenstein, lo dado, esto es, aquello que se ha de asumir sin más porque está más allá del contexto de justificación, es decir, no puede ser justificada ni injustificada, simplemente se sale del dominio de la justificación, precisamente porque es la forma de vida la que justifica nuestros movimientos lingüísticos y conceptuales.

El lenguaje forma parte de nuestra forma de vida

Wittgenstein considera el lenguaje dentro de nuestra forma de vida:»hablar el lenguaje forma parte de una actividad o de una forma de vida» (IF, 23). Los seres humanos nos relacionamos entre nosotros a través de esto que llamamos lenguaje y esta forma de relacionarnos entre nosotros, de interactuar unos con otros, también forma parte de nuestra forma de vida, de tal modo que configura el ámbito de acción de los individuos. De este modo, dice Wittgenstein en el primer epígrafe de la Parte II de IF lo siguiente: «Podemos imaginarnos a un animal enojado, temeroso, triste, alegre, asustado. Pero, ¿esperanzado? ¿Y por qué no? (…) ¿Puede esperar sólo quien puede hablar? Sólo quien domina el uso de un lenguaje. Es decir, los fenómenos del esperar son modos de esta complicada forma de vida».

Forma de vida y argumento del lenguaje privado

Con la expresión «argumento del lenguaje privado» nos referimos a una familia de argumentos que Wittgenstein ataca. Estos defienden, en general, la posibilidad de un lenguaje privado, es decir, un lenguaje «que solo yo entiendo». Esta línea de pensamiento sostiene que los seres humanos son seres aislados y este aislamiento incluye el significado del lenguaje. Wittgenstein desmonta varios argumentos de este tipo en IF y para ello es crucial la noción de forma de vida. En efecto, en primer lugar todo lenguaje conlleva necesariamente una forma de vida que lo sustenta, esto es, un lenguaje fuera del marco de una forma de vida no es tal: «puede imaginarse fácilmente un lenguaje que conste solo de órdenes y partes de batalla. – O un lenguaje que conste solo de preguntas y expresiones de afirmación y de negación. E innumerables otros. – E imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida».

En segundo lugar, el lenguaje es el tipo paradigmático de conducta regida por reglas. Y las reglas implican regularidad y concordancia entre quienes las siguen. Y esta regularidad y concordancia la proporciona la forma de vida: «Verdadero y falso es lo que los hombres dicen; y los hombres concuerdan en el lenguaje. Esta no es una concordancia de opiniones, sino de forma de vida». (IF, 241)