Aporía
Aporía significa dificultad, camino sin salida, duda de difícil solución racional.
Desde el punto de vista filosófico, se trata de una proposición sin base lógica, un problema que no se puede superar, un razonamiento cuya conclusión es un juicio contradictorio que se puede identificar con la antinomia o la paradoja.
A veces se usa el término paradoja como equivalente a antinomia, pero más apropiadamente se estima que las antinomias son una clase de paradoja.
En sentido kantiano, una antinomia es algo que deriva de aplicar la razón pura a la realidad, principalmente a las proposiciones cosmológicas; en tanto que la paradoja es la dificultad lógica y semántica que surge de una proposición, que luego de afirmarse se contradice a sí misma.
En una teoría, una aporía es la afirmación que contradice el fundamento de dicha teoría.
Una contradicción con frecuencia es un principio ontológico – es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo –; otras veces es considerado como un principio lógico en amplio sentido; y también como un principio psicológico.
Ejemplos de aporía son los argumentos de Zenón de Elea sobre su proposición sobre el movimiento.
Dice Zenón de Elean, el movimiento no existe, es una ilusión; y para probarlo utiliza la aporía de Aquiles y la tortuga.
Esta aporía formula que si se realizara una supuesta carrera entre Aquiles, que es el hombre más veloz; y una tortuga, considerada el animal más lento que existe; aún cuando al iniciar la competencia Aquiles le otorgue a la tortuga un metro de ventaja, cuando Aquiles haya recorrido ese metro de distancia la tortuga habrá superado un decímetro de ese metro; cuando Aquiles recorra ese decímetro, la tortuga estará un centímetro más adelante y cuando éste recorra ese centímetro, aquella habrá recorrido un milímetro más; y así sucesivamente, de tal manera que Aquiles jamás podrá alcanzar a la tortuga, aunque se encuentre a una distancia infinitamente pequeña.
Con este ejemplo, Zenón de Elea defiende la teoría de Parménides que negaba el movimiento real y afirmaba que todo movimiento es ilusorio; porque aunque Aquiles alcance a la tortuga éste sería un hecho fenoménico que no afecta la aporía.
Para Bertrand Russell, la serie de puntos de la línea, como la serie de momentos temporales son continuos matemáticos y no hay otros momentos que se interpongan entre dos momentos dados hasta el infinito.
Aristóteles distingue entre lo infinito en potencia y lo infinito en acto.
Desde el punto de vista potencial, tal línea o el intervalo de tiempo son infinitamente divisibles, pero desde la perspectiva del acto son indivisibles o sea que pueden ser actuados.
Bergson en cambio, sostiene que Zenón especializa el tiempo. La aporía no se podría solucionar si el tiempo se reduce al espacio, pero si se considera que el tiempo fluye en forma indivisible y que no se puede concebir en forma análoga a los puntos espaciales, Aquiles le ganaría a la tortuga.
Según Bergson, esta dificultad radica en aplicar al tiempo el concepto de ser y al movimiento el concepto de cosa, en lugar de otorgarles los conceptos de fluencia y de acto.
Fuente: Diccionario de Filosofía, José Ferrater Mora.