Filosofía
Inicio Ciencia y Filosofía Teorías evolutivas antes y después de Darwin

Teorías evolutivas antes y después de Darwin

Publicado por Malena

Una de las más destacadas teorías evolutivas, es la del monje moravo Gregor Mendel (1822-1884) , dedicado al estudio de la herencia.

Algunos creen que Darwin conocía los trabajos de Mendel, los cuales no cobraron notoriedad durante el transcurso de su vida por no pertenecer al círculo científico de Londres.

Mendel inició sus experimentos para mejorar la cosecha en el monasterio donde vivía, que le permitieron crear un nuevo modo de realizar los cultivos.

Tenía la convicción de que las plantas tenían dentro de sí alguna forma de estructura lógica que era la que ponía en funcionamiento el mecanismo de la herencia.

Los descubrimientos de Mendel a partir de sus experimentos dieron lugar al origen de la genética clásica o formal.

Mendel había demostrado que el material genético era indivisible y que las características de una planta podían desaparecer en forma aparente para volver a surgir en la generación posterior.

Por lo tanto, la apariencia de un ser vivo no expresa totalmente la estructura genética, que sólo se puede estudiar en el interior de las células.

Para realizar sus experimentos utilizó un método original, tratando que las cepas paternas originales fuesen puras.

Los fenómenos que descubrió Mendel se basaban en la estadística, y en el supuesto de que los caracteres hereditarios son unidades discretas que se transmiten de generación en generación en forma de parejas, una de ellas seleccionada al azar.

La aceptación de esta teoría recién tuvo lugar en 1900 debido a la metodología utilizada por Mendel, no convencional para esa época, especialmente por el carácter estadístico de los resultados.

Sua teoría de la selección natural basada en mutaciones genéticas fue objeto de polémicas y durante las primeras décadas del siglo XX, no solamente no contribuyó a respaldar la teoría de Darwin de la selección natural, sino que le hizo perder a Mendel, prestigio como biólogo.

Para Darwin, la evolución era un proceso gradual lento que producía pequeños cambios casi imperceptibles, para los genetistas en cambio, desde Mendel, la evolución se producía a saltos debido a mutaciones violentas.

En 1930, finalmente, las dos corrientes, la darwinista y la genetista, llegaron a un acuerdo, dando forma a un nuevo darwinismo denominado nueva síntesis, al llegar a la conclusión de que la mayoría de las mutaciones eran muy raras y perjudiciales.

Sin embargo, aunque la mayoría de los científicos aceptaron que la genética y el darwinismo explican el proceso evolutivo continuo, todavía existen cuestiones no resueltas. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la teoría de Darwin también contradecía los principios religiosos creacionistas.

Las tres teorías evolutivas no seleccionistas posteriores a Darwin fueron: las saltacionistas, las neolamarckianas y las ortogenéticas.

Las teorías saltacionistas que se conocieron también con el nombre de mutacionismo, tuvieron como primeros partidarios a T.H.Huxley y a William Bateson, pero la que provocó mayor impacto fue la teoría de la mutación de De Vries (1901-1903).

De Vries llegó a sostener que la selección natural y la lucha por la existencia exterminaban las especies en vez de originarlas.

Las teorías neolamarckianas incluían una teoría de la herencia y una teoría de la evolución, dándole importancia al entorno y a las fuerzas mentales de la conciencia.

Las teorías ortogenéticas incluían el finalismo biológico, o sea el principio finalista en la evolución y el principio de perfección que es inmanente a toda forma de vida orgánica.

La evolución del creacionismo se basaba en que la evolución no era un hecho científico y desde fines del siglo XX, su propuesta es sustituir la teoría de Darwin por el llamado “diseño inteligente”.

El neodarwinismo se puede aplicar a la teoría de Weismann y sus seguidores, y representa a la teoría de Darwin pero sin herencia de caracteres adquiridos. La variación al azar y la selección son condiciones necesarias pero no suficientes de la evolución. La selección es la única fuerza impulsora de la evolución.

Fuente: “Darwin, Vida, pensamiento y Obra”; Colección Grandes Pensadores.