Okido
Oki Sensei, que reside en Brasil, recibió entrenamiento sobre esta disciplina, en Mishina, Japón, en los años 1983/84, del maestro Masahiro Oki, creador de este método, que proviene de los conocimientos ancestrales de la antigua China; y desde entonces se dedica a la divulgación del Okido en toda América Latina.
Esta técnica, que tuvo su origen a mediados del siglo pasado, consiste en una combinación de yoga, shiatsu y alimentación natural y se utiliza para la recuperación de varias dolencias y para el tratamiento de distintas dificultades físicas y mentales.
Desde la antigüedad, el pensamiento oriental considera a los síntomas como la expresión de la fuerza vital y no como la causa verdadera de la enfermedad; porque desde esta perspectiva, los síntomas son señales de alerta que revelan un desequilibrio interno; y si son eliminados con medicamentos, también desaparecerán las señales de peligro de la fuerza vital.
La cultura china sostiene que la eliminación de los síntomas de las enfermedades se logra cambiando los hábitos, los pensamientos y la alimentación; practicando ejercicios físicos y ayunos y tratando de conectarse con el sí mismo para eliminar todo comportamiento que desequilibre la fuerza vital; porque es cuando ésta fuerza está desarmonizada cuando aparecen en el cuerpo físico los síntomas que indican una dolencia.
A través de esta técnica se puede lograr una mejoría del cien por ciento en casos de ACV (accidentes cerebro vasculares), diabetes, problemas de la vista, hipertensión, alteraciones digestivas y dolores físicos en general.
Todo desequilibrio físico o mental produce una alteración del flujo de la energía vital, que en Japón denominan ki, en China Chi y en la India Prana.
Al presionar ciertos puntos relacionados con el desequilibrio se restablece el flujo del ki y se obtiene una mejoría en la textura de los órganos, eliminando dolores y corrigiendo posturas que los afectan; como por ejemplo la postura de la cadera.
La columna vertebral está relacionada con todas las funciones orgánicas; y un dolor de rodilla puede indicar un desequilibrio en los órganos del centro del cuerpo; así como también una alteración del hígado puede estar vinculada con un dolor de cuello.
El trabajo con todo el sistema de puntos estratégicos del cuerpo hace que la persona mejore además de su cuerpo físico, su calidad de vida, su disposición y su manera de pensar.
La postura física revela la alteración del ki, de manera que a través de la lectura del cuerpo se puede realizar un diagnóstico.
Un desequilibrio físico puede alterar la posición de la caja torácica, zona del cuerpo que tiene una vital importancia en la respiración, que es la forma más básica del ki.
Hay que tener en cuenta que se puede dejar de comer y hasta de beber por algún tiempo, pero sólo podemos dejar de respirar por algunos breves momentos.
Oki Senseis le da mucha importancia a la respiración, porque cada tipo de respiración indica una dolencia y a medida que ésta se normaliza, se fortalece el ki y mejoran los síntomas.
La posición de la caja torácica también se relaciona con la angustia y con las dificultades en los sentidos de la vista, el oído y el gusto. Por ejemplo, los hombros hacia adelante y el pecho contraído pueden producir esos síntomas; mientras los problemas de cadera se pueden vincular con la función intestinal y con el ciclo menstrual.
Existen ejercicios que corrigen los problemas de postura de la caja torácica, del pecho y de la cadera; como así tambien para tratar diferencias en las piernas y alteraciones de las vértebras de la columna.
Fuente: “Relaciones del cuerpo”; Oki Sensei.