La Conjetura de Maldacena sobre la teoría de cuerdas
La teoría de la relatividad general no puede explicar una singularidad como el big bang, porque no contempla el azar, ni tampoco los misteriosos agujeros negros; por lo tanto para explicar el universo es necesario tener en cuenta también la teoría de cuerdas, porque en algunos casos, las leyes del cosmos parecen no comportarse en forma clásica sino de manera cuántica.
La mecánica clásica propone un universo de partículas con una trayectoria bien definida; en tanto que en la mecánica cuántica las leyes son sólo probables, no definidas. Se puede fijar la posición de un electrón pero no se puede medir su velocidad; sólo se pueden predecir probabilidades.
Según la teoría clásica, el espacio tiempo tiene una forma definida, en tanto que en la teoría cuántica puede existir la probabilidad de que el espacio tiempo tenga distintas formas y varias dimensiones, o sea, en vez de las tres dimensiones espaciales que conocemos y la dimensión de tiempo, la teoría de las cuerdas concibe seis dimensiones más.
La mecánica cuántica trata de explicar por qué se produjo la expansión del universo en forma acelerada en el principio del big bang y la existencia de variaciones en la distribución de la materia, como las galaxias, las estrellas y los planetas.
Sin embargo, la existencia de los agujeros negros y las cosas incomprensibles que parece que ocurren dentro de ellos, podrían ser incompatibles con la mecánica cuántica ordinaria.
El tema de los agujeros negros dio lugar a la conjetura Maldacena formulada por Juan Martin Maldacena, físico argentino de la teoría de cuerdas, egresado del Instituto Balseiro, doctorado en la Universidad de Princeton; que propone que puede haber una equivalencia entre la teoría de cuerdas por dentro y la mecánica cuántica ordinaria en la frontera.
Existen partículas fundamentales en la frontera del espacio tiempo que originan las cuerdas y estas cuerdas dan origen a otras partículas en el espacio tiempo.
La teoría de las cuerdas continuó la teoría de Einstein, que fue intentar relacionar el electromagnetismo con la gravedad y lograr una teoría unificada del universo, que Einstein no logró hallar, tal vez porque no estaba de acuerdo con la mecánica cuántica. Recordemos que decía que “Dios no juega a los dados”.
El hecho de que la teoría cuántica sea aparentemente incompatible con el funcionamiento de los agujeros negros, es un verdadero problema también para la teoría de las cuerdas.
Por lo general, los científicos están abocados a la tarea de descubrir los misterios de la naturaleza sin ningún propósito práctico, pero luego aparece espontáneamente la aplicación de ese descubrimiento, a veces en forma inesperada.
Cuando Ed Purcel descubrió la resonancia magnética nuclear no sabía para qué utilidad práctica serviría, sin embargo ahora se utiliza con eficacia en medicina.
Tampoco se sabía muy bien para qué podría usarse la electricidad, cuando se descubrió, hasta que después se hizo imprescindible para todos.
Internet comenzó siendo un mecanismo sin ninguna utilidad conocida, pero con el tiempo el hombre se fue adaptando a la máquina y fue incorporando ideas para su aprovechamiento hasta límites aún no conocidos.
El hombre desde el principio de los tiempos anhela el conocimiento, tal vez para satisfacer su curiosidad sin límites y sin fronteras, principalmente para saber en última instancia quién es él y qué es este universo.
Fuente: Revista Muy Interesante, entrevista a Juan Martín Maldacena, físico argentino de la teoría de cuerdas, por Laura García Oviedo.