Historia de la ciencia (IX): la ciencia en el mundo cristiano medieval
La anterior entrada dedicada a la Historia de la ciencia estaba dedicada a la ciencia en el mundo árabe. La ciencia islámica había florecido durante parte de la Alta Edad Media. Sin embargo, a partir del siglo XII será el mundo cristiano el que lleve la batuta.
La Revolución del siglo XII
En el siglo XII se produjeron una serie de cambios sociales, económicos, ideológicos, culturales y políticos que supusieron un cuestionamiento del orden feudal que había sido hegemónico durante la Alta Edad Media. Fue el momento en el que la burguesía, una nueva clase social y un nuevo agente económico, comenzaba a irrumpir con fuerza. Esta clase social estaba compuesta principalmente por artesanos y mercaderes que se habían establecido en las ciudades (burgos). Supuso el nacimiento de una nueva masa crítica que revitalizaría la cultura europea, sobre todo desde un punto de vista literario, artístico, científico y filosófico.
La Alta Edad Media cristiana estuvo marcada por una pérdida de contacto con el conocimiento que durante la antigüedad se había producido. Los textos de los científicos y los filósofos antiguos estaban escritos en griego, lengua que para el occidente cristiano era prácticamente desconocida. Todo con lo que se contaba eran comentarios de autores latinos. Y es que los estudiosos romanos no se preocuparon de traducir los textos griegos al latín, puesto que eran bilingües. Sin embargo, entre el siglo XI y el XII se sucedieron una serie de acontecimientos que cambiaron la Europa cristiana. El contacto con el mundo islámico, las Cruzadas y la Reconquista, el contacto con el Imperio Bizantino, fueron la puerta de entrada para las obras de los científicos y filósofos de la antigüedad griega y del mundo islámico. Autores de la talla de Aristóteles, Claudio Ptolomeo, Al-Khuarizmi, Avicena o Averroes se dieron a conocer en la Europa cristina.
Asimismo, en el siglo XII se produjo el nacimiento de las universades, cuyo desarrollo supuso un empuje a la traducción y propagación de los textos griegos e islámicos, dando a su vez pie al nacimiento de las comunidades científicas.
La ciencia medieval antes de la peste negra
Hasta que la epidemia de peste negra de 1347-1400 frenó bruscamente el auge de la ciencia medieval en el mundo de influencia cristiana, se produjo un periodo de divulgación del conocimiento científico producido por los griegos y por el islam. Asimismo, se sembraron muchas semillas para el auge de la revolución científica con la que se inicia la Edad Moderna.
Autores como Grosseteste, Roger Bacon, San Alberto Magno y Juan Duns Scoto divulgaron la ciencia natural desarrollada por los griegos. Robert Grosseteste y Roger Bacon pueden ser vistos como precursores de la matematización del conocimiento científico (Grosseteste) y de la aproximación empírica a la naturaleza (Bacon), actitudes que definen el método científico. Asimismo, Guillermo de Ockham introduciría el principio por el que es conocido: la navaja de Ockham, que invita al filósofo natural (el nombre que recibía el científico de la época) a no postular entidades innecesarias (en su época se postulaban entidades tales como el movimiento o las especies sensibles). Por su parte, autores como Nicolás de Oresme y Jean Buridan reinterpretarían la mecánica de Aristóteles. De hecho, la teoría de Buridán según la cual la causa de un proyectil en movimiento es el impetus fue un precedente del concepto de inercia.
No obstante, en 1347 comenzaría la epidemia de peste negra que asoló Europa. Tanto es así, que supuso la paralización total del florecimiento cultural que había comenzado en el siglo XII. No obstante, este florecimiento se volvería a retomar dos siglos después, ya en la Edad Moderna.