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Historia de la ciencia I: los presocráticos

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

La historia de la ciencia comenzó con los filósofos presocráticos. También comenzó así la historia de la filosofía. De hecho, los primeros capítulos de ambas historias son los mismos y solo de forma tardía comienzan a bifurcarse, como veremos en sucesivas entradas. No obstante, nos centraremos aquí en sus inicios.

historia de la ciencia: los presocraticos

Tales de Mileto

1. Los filósofos presocráticos era unos científicos sui generis, vistos desde un punto de vista superficial

Si miramos a nuestro alrededor veremos un ordenador, cables, enchufes, etc. Si salimos a la calle, veremos automóviles y farolas. En el cielo vuelan nuestros satélites, que nos dicen que mañana es muy probable que llueva o que en Corea del Norte se ha movido un barco. Se han erradicado enfermedades y viajar en avión es algo muy habitual. Detrás de esto, está la aplicación del conocimiento científico. Bien, si ahora decimos que este tipo de conocimiento fue iniciado por personajes más bien excéntricos, que calzaban sandalias y que iban envueltos en una sábana y que no tenían la menor idea de lo que era un laboratorio o un destornillador, el lector se quedará asombrado. Si además añadimos que algunos pensaron que el principio de todo era el agua (Tales de Mileto) o los números (Pitágoras), razón de más para el asombro.

No obstante, si miramos más allá de estos temas superficiales, veremos que los inicios de la ciencia se encuentran en estos pensadores. En efecto, no se trata de la corrección de sus teorías, de sus métodos de investigación o de su desarrollo científico-técnico, sino de la actitud que iniciaron, la actitud científica, que quiere conocer la realidad en profundidad, tal y como esta es, más allá de las apariencias. Es con esta actitud con la que se inicia la historia de la ciencia y de la filosofía.

2. La realidad más allá de los sentidos y los viajes de los presocráticos

Una de las cosas que más llamó la atención a los griegos antiguos, fue salir de sus ciudades y de su área cultural y conocer a otros pueblos. El griego con más de dos dedos de frente pudo experimentar que en el mundo había una infinidad de creencias variopintas para explicar exactamente los mismos fenómenos. Por otra parte, algunos vecinos, tales como los egipcios y los babilonios, habían comenzado a desarrollar algunas técnicas numéricas que impresionaron a los helenos.

Esto llevó a los presocráticos a entender los sentidos como engañosos, los cuales solo nos mostraban apariencias. Aquí había concepciones para todos los gustos. Algunos, como Heráclito, afirmaban que el universo provenía de una constante lucha de contrarios, que se armonizaban en su lucha. El mundo era constante cambio. Sin embargo, los sentidos nos mostraban, de forma engañosa, un mundo inmóvil y regular. Otros pensaron, como es el caso de Parménides, que el mundo era inmóvil y que no existía ni el movimiento ni el vacío. Los sentidos, según Parménides, nos engañarían al mostrarnos un mundo cambiante y en movimiento.

Asimismo, los presocráticos buscaban un principio universal que unificaría, según su punto de vista, la aparente diversidad que nos mostraba la naturaleza. En este sentido, también nos encontramos en los presocráticos la búsqueda de la universalidad.