El Universo Dinámico
Para el misticismo oriental los fenómenos del mundo son manifestaciones de una misma realidad última, la esencia del universo que sostiene y unifica a las cosas y a los fenómenos que observamos.
Los hindúes lo llaman Brahman, los budistas El cuerpo del Ser o Eseidad y los taoístas Tao, inseparables de sus múltiples manifestaciones.
En todas las escuelas del misticismo oriental, desde hace muchos siglos, la unidad cósmica es comprendida como intrínsecamente dinámica, o sea que posee la característica de estar siempre en movimiento hacia adelante.
En Occidente, Heráclito afirmaba que todo fluye y comparaba al mundo con un fuego perpetuo.
El Hinduismo tiene la visión de un cosmos orgánico, creciente y en movimiento rítmico y las cosas estáticas son conceptos ilusorios impermanentes.
Para el budismo, el sufrimiento humano lo produce el afán de apegarnos a las personas, las cosas y a las ideas en lugar de aceptar el mundo tal como es, algo cambiante y siempre en evolución. No existe en el mundo nada que merezca la pena apegarse.
El iluminado es aquel que no se resiste al fluir de la vida y que cambia con ella, que adapta sus actos a ella.
La cualidad dinámica de la filosofía oriental constituye en gran medida su rasgo más importante.
La física moderna, de la misma forma, considera el universo como una telaraña de relaciones y el misticismo oriental reconoce a esta telaraña como intrínsecamente dinámica.
En la teoría de la relatividad, la unificación del espacio y el tiempo hace que la materia no pueda separarse de su actividad.
Las partículas subatómicas sólo se pueden comprender en términos de interacción, movimiento y transformación.
La teoría cuántica nos dice que la materia nunca está en reposo, hasta las piedras están llenas de actividad a nivel microscópico.
Las cosas materiales están formadas por átomos, los cuales también están siempre en movimiento, porque los electrones giran alrededor del núcleo, y en los núcleos, los protones y neutrones giran a velocidades extraordinarias.
Esta es la forma en que los místicos orientales desde la antigüedad, conciben el mundo material.
La física moderna reconoce la naturaleza dinámica del universo a nivel macrocósmico, en el mundo de las estrellas y las galaxias.
El universo está en movimiento continuo, los planetas giran alrededor del Sol, el sistema solar gira alrededor del centro de la galaxia, y el universo está lleno de galaxias que giran como la nuestra.
El universo no solamente no es estático sino que también se está expandiendo.
Según la teoría de Einstein, el espacio no es plano, sino curvo y esta expansión es similar a la que podríamos observar en un globo con un gran número de puntos en su superficie. El globo representa el universo, la superficie curva el espacio curvo tridimensional y los puntos las galaxias existentes en ese espacio.
Si inflamos el globo las distancias entre los puntos aumentan; de este mismo modo es como el universo se expande.
La teoría más aceptada del inicio del universo y del comienzo del espacio y del tiempo, es la de la gran explosión hace aproximadamente diez mil millones de años.
Algunos tienen la teoría que la expansión continuará para siempre; otros sostienen que irá disminuyendo su velocidad hasta que finalmente se contraerá para volver a expandirse y contraerse y continuar así siempre.
Curiosamente, la mitología india tiene la misma idea de un universo que experimenta expansiones y contracciones periódicas.
Los hindúes desarrollaron cosmologías evolutivas muy similares a los modelos científicos modernos.
Aunque aún no se dispone de una teoría completa cuántico-relativista del mundo subatómico existen diversas teorías y modelos parciales que describen algunos aspectos del mundo en forma eficaz.
Los modelos y las teorías más importantes se basan en conceptos filosóficos que coinciden en forma sorprendente con las intuiciones del misticismo oriental.
Fuente: “El Tao de la Física”; Fritjof Capra.