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El descubrimiento del Tiktaalik como modelo de predicción científica

Publicado por Esteban Galisteo Gámez

Un modo de valorar las teorías científicas es a través de su capacidad predictiva, esto es, que nos permita deducir a partir de sus leyes hipótesis que añadan información detallada y que se confirmen. Si a partir de una teoría (en realidad varias teorías) deducimos hipótesis que se confirman o no son falsadas, entonces podemos decir que tenemos una teoría correcta, al menos por el momento, y poderosa. Dicho de forma sintética: las teorías nos permiten formular predicciones y las predicciones añaden información detallada, si se confirman.

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El fósil del Tiktaalik junto a una reconstrucción del animal

Para verlo con mayor claridad, merece la pena que nos paremos a examinar un caso real de predicción científica: el descubrimiento del Tiktaalik roseae, un pez con algunas características de tetrápodo (los tetrápodos son animales de cuatro extremidades ambulatorias – que permiten andar). Se trata de un fósil transicional, esto es, el fósil de una especie desaparecida que comparte características con dos tipos de organismos entre los cuales podría existir una relación de ancestro y descendiente. A estas especies se les llama formas transicionales.

Desde este punto de vista, el Tiktaalik roseae sería una forma transicional entre los peces y los tetrápodos (peces y tetrápodos son dos grupos de vertebrados desde el tipo de vista taxonómico).

La teoría de la evolución y otro conocimiento

Según la teoría de la evolución, puesto que la fauna actual desciende de otras especies más primitivas, deben existir especies intermedias, entre las actuales y sus antepasados más antiguos. Y si esto es así, deben poder hallarse fósiles transicionales, esto es, de animales a medio camino entre una especie antigua y una moderna, o entre tipos de especies. En el caso particular del Tiktaalik, si pensamos que los tetrápodos descienden de los peces, tendrían que haber existido animales a medio camino entre peces y tetrápodos.

Pero el mundo es demasiado grande y la historia de la vida muy dilatada, así que la teoría de la evolución no era suficiente para deducir la existencia de tal animal. Además de esto, sus descubridores, para precisar el lugar en el que tal animal podría encontrarse, en caso de que hubiera existido y quedara algún rastro de que nadó (y anduvo) por este planeta, debían conocer la época en la que vivió, ya que es lo que indica cuán hondo hay que escavar para hallar determinado fósil y dónde hay que hacerlo, y en qué lugar de la Tierra quedaba algún rastro de aquella época.

Como suponían que los animales de estas características debieron existir hace entre 385 y 359 millones de años, decidieron llevar a cabo la búsqueda en las rocas sedimentarias depositadas en Canadá hace 375 millones de años.

La hipótesis: existe un animal con características de pez y de tetrápodo

La existencia del Tiktaalik fue predicha. Nunca se había sabido nada de esta especie, pero se sabían algunas otras cosas que llevaron a sus descubridores a deducir que tendría que existir un animal con determinadas características en determinado lugar. Para confirmar esta hipótesis de existencia, tendrían que encontrar restos de algún animal de dicha época que satisfaciera las características predichas. Lo encontraron y se confirmó la hipótesis, pero, además, la teoría evolutiva demostró, una vez más, su poder predictivo, dejando salvaguardada su corrección.

¿Qué hubiera pasado si no se hubiera encontrado al Tiktaalik?

Lo cierto es, sin embargo, que los científicos estuvieron a punto de no confirmar su hipótesis: el hallazgo del fósil del Tiktaalik se produjo cuando ya estaban a punto de abandonar la investigación. Pero, ¿qué hubiera ocurrido si no hubieran dado con él ni con ningún otro animal que satisfaciera la hipótesis? Bueno, en primer lugar, que la hipótesis no se hubiera confirmado. Sin embargo, esto tampoco la habría hecho falsa, pues la ausencia de prueba no es prueba de ausencia. Es decir, el no encontrar dicho fósil, no haría falsa a la hipótesis, pues sabemos que solo el 5% de los animales que existieron se han convertido en fósiles, por lo que, en realidad, dar con algún fósil es siempre un hallazgo importante y poco común.

Ahora bien, ¿qué hubiera ocurrido si en vez de encontrar el fósil del Tiktaalik hubieran hallado el fósil de un conejo? En ese caso, sí que podríamos considerar que tanto la hipótesis, como la teoría de la evolución, habrían sido falsadas. En efecto, la conclusión que se sigue de la teoría de la evolución es que entre peces y conejos tendría que haber una serie de especies intermedias en las que pudiéramos observar, si tuviéramos sus fósiles, cómo lo que era un pez ha ido paulatinamente adquiriendo características de conejo. Desde esta perspectiva, habría una época en la historia de la vida en la que no habría conejos y solo peces, por lo que no deberíamos encontrar fósiles de conejos de la época en la que, según la teoría de la evolución, no podrían haber conejos, sino peces que se van pareciendo al tipo de animal al que pertenece el conejo.