Concepción Heredada
La concepción heredada fue la dominante en el campo de la filosofía de la ciencia hasta los años 60, en los que Kuhn dinamitó con su La estructura de las revoluciones, los fundamentos de que hasta entonces se había considerado en el campo del conocimiento y de la ciencia, que para los pensadores de la concepción heredada eran incluyentes, ya que para ellos, sólo existía dos tipos de conocimiento válido: el científico y el de tipo filosófico proveniente del análisis del lenguaje. Un conocimiento filosófico más especulativo o de cualquier otra variedad sería excluido del campo de verdadero conocimiento.
Las raíces de la concepción heredada
Así las cosas, son dos las premisas que se deben dar para que podamos hablar de verdad, para que ésta exista.
1. Que lo que creemos tenga una correspondencia con el mundo. Es decir, que sea demostrable por la ciencia.
2. En virtud del significado de los elementos que la constituyen, una proposición puede ser verdadera aunque no diga nada sobre el mundo. Será analizándola que podremos descubrir si es verdadera o no.
En esta distinción encontramos claramente el eco de la distinción kantiana entre analíticos y sintéticos, donde podríamos asimilar los segundos al punto 1 y los primeros al punto 2. De hecho, existen claramente unas raíces kantianas e ilustradas en el pensamiento de la posición heredada. Recordemos que será en “la época de las luces”, durante la ilustración, que se ensalce a la ciencia, a pesar de que su desarrollo en esas fechas esté muy lejos de lo que conseguirá a finales del XIX y principios del XX. Se desechan todos los mitos, leyendas… para entronar a la diosa razón como el único dios válido. Todo lo que se aleje del análisis racional será considerado como una herejía.
Para los autores de la concepción heredada la ciencia se rige por nobles ideales, que podemos sintetizar en la búsqueda de la verdad, que para algunos será absoluta, y que es su verdadero motor. Así se distingue de la otra, sintética, empírica, y que se reconoce como tal en términos observables.
Además de las raíces kantianas e ilustradas, podemos encontrar otros antecedentes claros, rastreando su concepción empírica. Este antepasado no es otro que el empirismo británico.
El problema con la verdad
Nos encontramos que se puede considerar la verdad en términos absolutos o como verdades observables.
De momento, lo que descubrimos analizando los avances de la ciencia, es que ésta ha ido resolviendo a lo largo de la historia el “puzle” del universo, en todos los ámbitos (física, biología…), a pesar de haber dado en ocasiones pasos en falso, almacenando en un continuo progreso verdades acerca del universo. Son estas pequeñas verdades que en su conjunto nos dan un conocimiento cada vez más exhaustivo del universo.
Desconocemos la solución de este puzle que es la vida y que vamos desentrañando poco a poco, dando pasos de ciego. Sólo la racionalidad nos permite supone que vamos por el buen camino, nos permite encontrar una solución. Esta racionalidad está representada por el método científico. Fiándose en el éxito pasado de la ciencia, gracias al método científico, confiaban que siguiendo sus fundamentos se tendría el mismo éxito en el presente y futuro.
Imagen:taringa.net