Albert Einstein
Albert Einstein (1879-1955) fue el hombre que revolucionó a la ciencia con su extraordinario aporte a la física y que cambió tanto la forma de ver la naturaleza como la manera de pensar del mundo.
Nació en Alemania en el seno de una familia judía. Esa condición ejerció una indudable influencia en su vida debido más a sus circunstancias históricas que a su ascendencia judía, ya que tanto su padre, Hermann como su madre, Pauline, no eran religiosos militantes ni practicaban las costumbres de la colectividad.
Era una familia que no estaba dispuesta a obstaculizar sus profesiones por ideas nacionalistas, ni por su religión o por defender sus tradiciones, que deseaba vivir libremente sin distinguirse de sus compatriotas.
Einstein vivió en Alemania y en Italia; y estudió en Zurich donde adoptó la nacionalidad suiza.
Fue empleado en la Oficina de Patentes de Berna durante ocho años, hasta que logró un puesto universitario.
Su carrera como catedrático lo hizo volver a Alemania para ejercer funciones como catedrático en la Universidad de Berlín y como miembro de la Academia Prusiana de Ciencias.
Fue un pacifista declarado y un innovador que se hizo famoso en 1919 luego de su teoría de la relatividad general.
En 1933 abandonó Alemania cuando ascendió al poder Adolf Hitler, que representaba para él y los suyos un enemigo; y se estableció definitivamente en los Estados Unidos, donde lo contrataron para trabajar en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, adoptando la nacionalidad de ese país un año antes de que Norteamérica entrase en la segunda guerra mundial.
No sólo fue un gran científico que se destacó en el área de la ciencia sino que también tuvo gran popularidad en otros ámbitos, debido a las implicancias filosóficas, antropológicas, políticas y sociales que tuvieron sus teorías especial y general de la relatividad que modificaron el concepto del tiempo.
El tiempo no es absoluto sino que depende del observador; y la energía y la masa son equivalentes. El universo no es algo pasivo ni plano, sino que es curvo y depende de la energía-materia que contiene.
Einstein creó la cosmología científica aplicando la teoría de la relatividad general (que trata únicamente de la fuerza gravitacional) a todo el universo; y dejó también su huella en otra gran revolución científica: la física cuántica.
En 1900, Max Plack (1858-1947), descubrió que la luz, que hasta ese momento se consideraba solo una onda continua, se relacionaba también con la discontinuidad. Pero fue Einstein quien encontró sólidos argumentos para afirmar que la luz se comporta a la vez como una onda y también como un conjunto (o cuanto) de partículas.
Así surgió la física cuántica que cambiaría al mundo científico y tecnológico, porque por ejemplo, el transistor, es uno de los resultados de ella, aunque Einstein haya posteriormente decidido rechazar a la mecánica cuántica por el hecho de permitir solamente predicciones estadísticas.
No obstante, su destacado papel en el origen de la física cuántica le hizo merecedor en 1921 del premio Nóbel de física que otorga la Academia de Ciencias sueca.
Einstein fue solidario con el pueblo judío y hasta le fue ofrecida la presidencia del Estado de Israel, que él rechazó.
Valoraba más llegar a un acuerdo razonable con los árabes sobre la base de una vida pacífica en común que la creación de un Estado judío y estaba convencido que si no se podía lograr la cooperación y el acuerdo con los árabes, era señal de que los judíos no habían aprendido nada en dos mil años de sufrimiento y merecían su destino.
Fuente: “Albert Einstein – Vida, Pensamiento y Obra”, Colección Grandes Pensadores, Ed. DeAgostini, 2007