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Einstein y la velocidad de la luz

Publicado por Malena

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En relación a la tierra, la velocidad de la luz en todas direcciones es la misma en todas las estaciones del año. El experimento de Michelson-Morley, junto con otros lo demostró y Albert Einstein elaboró una teoría que aceptaba este concepto.

Algunos experimentos ayudan a demostrar este principio que es difícil creer desde el punto de vista del sentido común.

Por ejemplo si estamos por subir a una escalera mecánica podremos llegar antes arriba si subimos los escalones que hay en ella que si nos quedamos parados. Si la escalera tuviera la velocidad de la luz tanto caminando como estando parado llegaríamos arriba en el mismo momento y esto parece imposible a simple vista.

Tenemos otro ejemplo, un hombre caminando por una carretera y un automóvil que se le adelanta. Hay otras personas caminando por la carretera, unas en una dirección y otras en otra.

Si en ese momento se emitiera un rayo de luz desde el lugar que ocupa cada uno de ellos las ondas de luz estarían en un segundo a trescientos mil kilómetros de cada uno de ellos independientemente de sus movimientos.

La única manera de explicar este fenómeno es la suposición que los relojes se ven afectados por el movimiento desde el punto de vista de sus dueños y que el orden-tiempo de los acontecimientos en parte depende del observador.

Ningún cuerpo material puede llegar a tener una velocidad mayor que la de la luz.

Suponiendo que caen dos rayos en lugares diferentes y hay un observador que está en un punto equidistante de ambos lugares que ve los dos rayos ocurriendo en forma simultánea. Eso sería correcto en la tierra si no tenemos en cuenta que la tierra se mueve.

Otro ejemplo sería si dos asaltantes les disparan a un guarda y a un maquinista de un tren. Un pasajero que se encuentra en la mitad del tren oye los dos disparos al mismo tiempo, pero alguien que está a mitad de camino entre los dos bandidos oye primero el disparo que mata al guardia.

En este caso, los dos pueden tener razón porque el tren se aleja del punto en que se disparó al guarda y se acerca al lugar desde donde se disparó al maquinista. De manera que el disparo al guarda tarda más en llegar al pasajero que el disparo hecho al maquinista.

De esta manera, tanto el pasajero que se encontraba en la mitad del tren que afirmaba haber escuchado ambos disparos al mismo tiempo, como la persona que estaba entre los dos bandidos que sostenía haber escuchado antes el disparo que mató al guardia, estrían en lo cierto.

Esta cuestión del tiempo es quizás la parte más difícil de entender de la teoría de la relatividad de Einstein.

De modo que el tiempo cósmico universal que se daba por supuesto no existe en forma absoluta y cada cuerpo tiene su propio orden de tiempo.

Dado la proximidad que tenemos todos en la tierra se podría decir que todos nuestros tiempos coinciden, pero para las partículas beta (electrones) los tiempos serían diferentes, por eso para nosotros parecen aumentar su masa con un movimiento rápido pero desde el punto de vista de la partícula su masa permanece constante y somos nosotros los que nos alargamos o ensanchamos.

Entonces qué es lo que mide el reloj construido por los humanos? Cada reloj mide en forma correcta su propio tiempo, porque las distancias en el espacio, lo mismo que el tiempo no son hechos físicos objetivos sino que dependen del observador.

O sea que las medidas de la distancia y de los diferentes tiempos son relativas.

Un observador desde el Sol apreciaría el movimiento de un tren como insignificante y una pulga en un vagón del ferrocarril pensará que el pasajero no se ha movido en el espacio.

Ya no existe un tiempo absoluto universal, sólo existen diversos tiempos propios para cada observador.