Filosofía

Critón

Publicado por Malena

Fueron vanos los intentos de Critón e inútil su intención.

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En este relato de Platón, Critón, viejo amigo muy cercano a Sócrates, es protagonista de un diálogo con su querido maestro, poco tiempo antes de que se cumpliera su sentencia de muerte.

Platón comenzó a escribir después de la desaparición de Sócrates trágicamente fallecido. En un principio su obra se centró en la vida y pensamiento de este filósofo, pero posteriormente fue tomando cuerpo propio dedicándose de lleno a plasmar en ella su doctrina.

Sócrates tenía muchos amigos ricos, entre ellos Critón que como los demás, estaba dispuesto a gastar toda su fortuna para salvarlo de la muerte.

Este libro trata principalmente de exponer la forma de pensar de Sócrates en esta particular situación, a la espera del cumplimiento de su condena; y brindar una explicación racional y justa sobre su negativa a aceptar los intentos desesperados de Critón para evitar perder a su entrañable amigo.

A lo largo de toda la obra Sócrates debate con Critón, durante los últimos días de su cautiverio, las razones que éste le sugiere para no cumplir la sentencia, tratando de demostrarle que ninguna de ellas es justa; no estando dispuesto a manchar su alma para salvar su cuerpo.

No tenía miedo y se mostraba tan tranquilo y seguro como nunca, sintiéndose dispuesto y preparado para morir; teniendo en cuenta que ya tenía setenta años; y aunque reconocía que sus jueces habían actuado en forma injusta motivados por razones políticas, consideraba que había tenido el derecho de defenderse en un marco de legalidad absoluta.

Los supuestos delitos cometidos por Sócrates habían sido oponerse a honrar dioses en los que no creía e influenciar a sus alumnos con estas ideas, considerándolo las autoridades, por esos motivos, un elemento subversivo que había que hacer desaparecer del escenario político.

Uno de los argumentos de Critón para tratar de convencerlo para que huya, fue que su desaparición ocasionaría el fin del bienestar de sus hijos que si él moría no contarían más con su apoyo. Todos sus amigos estaban dispuestos a colaborar para sacarlo de la prisión y llevarlo lejos para que pudiera continuar con su vida y así poder seguir ocupándose de ellos.

Pero Sócrates le contestó con razón que si todos los que lo querían no tenían ningún reparo en poner su fortuna a su disposición para salvarlo, tampoco lo tendrían en ocuparse de las necesidades de sus hijos cuando él ya no estuviera.

Sin embargo, Critón no se daba por vencido y continuaba buscando argumentos para que cambiara su decisión.

La mayor parte de la población está de tu parte, le decía, a lo que Sócrates le contestaba que nunca los que son mayoría tienen la razón porque no tienen entendimiento y sólo es válida la opinión de los sabios que piensan justamente.

Para Sócrates hacer lo justo era primordial y prefería morir a cometer un acto injusto como sería huir, vengarse o tomar represalias sobre sus detractores que sólo actuaron para defender sus intereses personales.

Pensaba que la vida que vale la pena vivir, es solamente la vida correcta y justa ya que otro tipo de vida no es digna de ser vivida.

Aceptando la legalidad del fallo judicial Sócrates sentía que estaba cumpliendo con el pacto virtual que tenía con Atenas, y para él no hacerlo y huir sería un acto injusto.

La ejecución se había postergado debido a una celebración que no permitía ejecuciones. Llegado el momento y fiel a sus convicciones, Sócrates muere pacíficamente acompañado de sus amigos