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Filosofía de Nietzsche

Publicado por Malena

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Alrededor de todo espíritu profundo se forma siempre una máscara, debido a la interpretación falsa.

Friedrich Nietzsche (1844-1900), fue uno de los filósofos más influyentes de los pensadores modernos.

Hijo de un pastor protestante, nació en Alemania y estudió filología clásica en Bonn y Leipzig, interesándose por la filosofía y la teología.

Fue profesor en la Universidad de Basilea pero tuvo que abandonar la docencia por enfermedad, pasando diez años internado en instituciones de reposo por problemas mentales y físicos.

Entabló una amistad con Richard Wagner cuyas obras para él, contenían el potencial necesario para el renacimiento de la civilización occidental, pero posteriormente se alejó de él.

Su obra “El origen de la tragedia”, escrita con una perspectiva romántica fue influenciada por Arthur Schopenhauer.

En sus obras exaltó la razón y la ciencia y sus libros de la madurez, como “Mas allá del bien y del mal”, “Genealogía de la Moral” y “Así habló Zaratustra, se ocuparon del origen y función de los valores en la vida humana.

Para Nietzsche, la vida no posee valor intrínseco ni carece de él, por lo tanto está siempre siendo evaluada y estas evaluaciones son los síntomas de la condición de evaluador.

Atacó al cristianismo y hasta anunció la muerte de Dios.

Su análisis del origen de los motivos y valores que sustentan la religión, la moral y la filosofía occidentales influyó a generaciones de teólogos, filósofos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.

Creía haber descubierto que toda filosofía es una confesión de su autor, pues consideraba que en un filósofo no hay nada impersonal y su moral define quien es él.

Para Nietzsche, la voluntad de poder es lo que se oculta tras la norma moral inapelable, porque existen juego de fuerzas y efectos que falsean la realidad, interpretándola de acuerdo con peculiares intereses vitales.

El conocer no es imparcial y la verdad es inestable como una mujer y no se ha dejado aún conquistar.

Nietzsche concebía la historia de Occidente como el acaecer mismo del nihilismo, como la negación de la vida en manos de una humanidad doliente y cansada y se propuso destruirla para que naciera algo nuevo, para que hubiera un nuevo comienzo.

La idea central de Nietzsche es la concepción de la vida como voluntad de afirmación del hombre frente a la sistematicidad de la razón.

Opone a la razón lo que denomina el espíritu apolíneo y el espíritu dionisíaco, interpretados como una inclinación a sumergirse en la profunda realidad vital humana, tal como se encuentra plasmada en la tragedia griega.

La moral para Nietzsche, se basa en el desprecio a la escala de valores de la ética cristiana y burguesa, a la que considera propia de resentidos, o sea hombres que no son capaces de realizarse a si mismos y valoran la humildad, la benevolencia, la utilidad, todas cosas de esclavos y no de hombres libres, capaces de llegar a ser superhombres más allá del bien y del mal, mediante la afirmación de lo vital por excelencia: la fuerza y la voluntad de dominio.

Nietzsche opone al ideal de progreso histórico la teoría del desarrollo humano concebido como una repetición, un eterno retorno, ya que para él, el mundo es un devenir continuo que no termina en un estado final de perfección sino que permanece bajo el signo de la contradicción, la lucha y el retorno constante de lo igual en el ser.

Todo conocer es una interpretación de la realidad, un falseamiento de la misma en tanto que es contemplada desde una perspectiva determinada, así todo conocer es inventar una realidad que más convenga a una determinada situación vital.

Todo lo malo que el hombre moral rechaza es la condición indispensable para la creatividad.