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Platón y la Academia

Publicado por Malena

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Parece ser que Platón fundó la Academia en 388-387 a. de C. en honor al héroe Academo, cuyo santuario quedaba próximo.

Esta institución se puede considerar la primera Universidad de Europa, porque no sólo se daban clases de Filosofía sino que también se enseñaba Matemáticas, Ciencias Físicas y Astronomía.

Asistían residentes de Atenas pero también venían a estudiar de otras ciudades y gozaba de alto prestigio.

En la Academia de Platón reinaba el amor por las ciencias y aunque el objetivo de este filósofo era formar futuros políticos y gobernantes, no ponía el acento en la retórica ni en la práctica, sino en enfatizar la vocación desinteresada por la ciencia.

Las matemáticas habían alcanzado un alto nivel en Grecia y eran de suma importancia para la teoría de las ideas de Platón, así como también el estudio de la botánica relacionada con la clasificación lógica.

De modo que el político que recibía esa formación podría actuar con plena convicción basada en verdades permanentes y no sería un improvisado oportunista aprovechando la ocasión de acceder al poder para hacer demagogia.

Platón no sólo dirigía la Academia sino que también daba clases; mientras sus discípulos tomaban notas que nunca fueron publicadas.

Sólo nos quedan de Platón sus famosos diálogos de los cuales sólo quedan pocos fragmentos.

Los asistentes a las exposiciones de Platón sobre la idea del Bien, se maravillaban al escuchar conceptos matemáticos y astronómicos.

Sobre la teoría de las ideas decía que no se podía escribir, ni traducir en palabras como otras ciencias, porque eran temas que sólo se logran abarcar después de haber meditado toda la vida.

Se puede inferir que Platón no otorgaba importancia a los libros escritos con fines educativos, aunque esto es sólo una presunción.

Platón era muy admirado por sus discípulos, tenía una forma vehemente de hablar y un porte robusto. Algunos sostienen que tenía un defecto en la espalda que lo obligaba a caminar inclinado hacia delante, postura que sus alumnos adoptaron como muestra de admiración.

Fascinaba a los que lo escuchaban por su genialidad, era parco, modesto, señalaba que no era conveniente dormir demasiado y desaprobaba la ebriedad y el juego.

Diógenes Laercio relata en su trabajo “Vidas de los más ilustres filósofos”, que Platón fue enterrado en La Academia recibiendo honores de ciudadanos y discípulos.

Era común en esa época que los filósofos se reunieran en algunos lugares de las afueras para exponer sus ideas a quienes quisieran escuchar. Se sabe que Pitágoras reunía a sus seguidores en una cueva y en Oriente también era habitual esta forma de enseñar.

Un sobrino de Platón, Espeusipo, siguió al frente de la Academia al morir Platón; y después de éste difundieron su doctrina grandes filósofos, como Jenócrates, Polimón, Cretes y Crántor.

Pero en el siglo III la Academia se orientó hacia el escepticismo y el estoicismo, principalmente con la participación de Arcesilao de Pitane.

Cuando Atenas fue saqueada por los romanos en el 86 a. de C., la Academia y su biblioteca fueron destruidas, pero Antioco de Escalón logró continuarla recuperando en gran parte el pensamiento de Platón.

Fue el inicio del neoplatonismo en el que se destacó Plotino y que continuó hasta la época de Proclo en el siglo V d. de C., pensador que sirvió de conexión entre el Cristianismo y las ideas de la antigua Grecia.

El emperador Justiniano hizo cerrar las academias atenienses en 529 d. de C. En ese entonces el director de la Academia era Damascio que partió a Persia. Pero la influencia de Platón y su Academia fue determinante para muchas ideas filosóficas y artísticas del Renacimiento y para la cultura europea.