Instinto e Inteligencia
Es mejor el resultado cuando no nos preocupamos.
El instinto y la inteligencia forman parte de las características humanas; y aunque parezcan que muchas veces se oponen, no siempre es lo que ocurre, principalmente en momentos de crisis.
La naturaleza es inteligente y racional y se manifiesta con perfección en todas las cosas respondiendo a las leyes de la lógica. Si no fuera así la ciencia no podría predecir ningún fenómeno. Somos parte de la naturaleza por lo tanto tenemos sus mismas facultades.
No siempre los instintos en el hombre se oponen a la razón. Existe una instancia mental instintiva inconsciente que nos preserva de los peligros y nos permite reaccionar de la manera correcta, sin pensar.
En situaciones límites, muchas personas han actuado de la mejor forma sin proponérselo y sin haber reflexionado antes, solamente dejándose llevar por sus instintos.
Poco se puede pensar en una situación de emergencia y menos mantenerse frío y con una actitud analítica; y es precisamente en esas situaciones en que se desencadena un mecanismo que apenas conocemos que nos sirve para preservarnos del peligro.
Deepak Chopra, médico y pensador de origen indio, residente en los Estados Unidos, cuenta en uno de sus libros lo que le ocurrió una noche en que fue asaltado en la calle por unos jóvenes.
Siendo una persona sumamente pacífica, siempre había pensado que la mejor conducta en un asalto no era resistirse sino por el contrario entregarle al ladrón cualquier pertenencia para preservar el valor más importante que es la vida.
Sin embargo, en esa situación, sin mediar reflexión alguna, por un acto reflejo, se deshizo de sus maleantes propinándoles varias trompadas a cada uno hasta que huyeron sin robarle nada.
Posteriormente se dio cuenta de su inusual temeridad y atribuyó ese fenómeno a la inteligencia instintiva que actúa sin reflexión alguna.
Tuve oportunidad de vivir un episodio similar no hace mucho tiempo a pleno día mientras realizada mi caminata habitual. Un arrebatador trató de quitarme una fina cadena de oro con un pequeño dije que pendía de mi cuello.
Pude escuchar un alarmante grito salir de mi garganta, sin proponérmelo, que provocó la atención de todos los transeúntes asustando al osado ladrón que desistió de su intento y salió corriendo.
Hasta ese momento, como Chopra, yo también había pensado en lo peligroso de resistirse a un asalto, sin embargo mi instinto reaccionó con un grito casi sin darme cuenta de ello.
Este fenómeno no es voluntario sino que es una acción refleja frente al ataque, en defensa propia.
La naturaleza nos brinda los elementos necesarios para defendernos cuando es necesario sin tener que pensar por nuestra cuenta en una estrategia. Es nuestro instinto inteligente el que actúa y no nuestro ego.
Este instinto no funciona cuando estamos a la defensiva o con temor porque en ese caso lo que predomina es el pensamiento.
Sólo actúa cuando estamos despreocupados, libres de pensamientos, completamente entregados a las cosas y no tiene nada que ver con las reacciones voluntarias violentas premeditadas. Es el poder de la naturaleza en nosotros.