La mitología en Grecia
Por todo el mundo, a lo largo y ancho del planeta, y en mayor o menor medida, a lo largo de los tiempos, en el transcurso de los milenios, una gran cantidad de explicaciones mitológicas a las diversas cuestiones filosóficas planteadas se han dado acertada o negativamente. Y es que, no en vano, de entre todas las mitologías conocidas, existentes en el mundo, la griega es, sin duda alguna, una de las más destacadas e importantes.
En este punto, el estudioso Bruno Shell llegó a indicar que «el pensar europeo empezó con los griegos». A su vez, y para conocer mucho más de cerca este propio punto de vista, Jaspers (filósofo existencialista), apuntó que la filosofía nació en Grecia, porque en este bello, histórico y a la vez antiguo lugar, es donde los hombres quedan asombrados ante la realidad, y tras éste se llegan a plantear la pregunta, la duda, y a tratar de responderla.
De esta misma forma, como hemos observado detenidamente en esta guía de Filosofía, muchos siglos antes de que, propiamente, «apareciera» la filosofía en sí tal y como la concebimos, muchos siglos antes, nació la mitología más emblemática, histórica y enigmática al mismo tiempo, extendiendo su dominio por toda la práctica totalidad del mundo.
Como sabemos, y hasta el instante exacto en que surgió la Filosofía en Grecia (alrededor de entre el siglo VII-VI a.C.,), precisamente la mitología había dado al pueblo, desconocedor de las respuestas, acerca de las distintas y diferentes preguntas que se planteaban, transmitiéndose de generación en generación a través de, valga la redudancia, una transmisión evidentemente oral.
Precisamente por ello, se podría considerar que, hasta el momento citado de la aparición de la Filosofía, el hombre, como tal, tuvo una visión mítica del mundo. Y es que, aunque en un primer momento los antiguos griegos asimilaron y adaptaron como suyos las leyendas y mitos de pueblos diversos mucho más arcaicos, pronto superaron esta evidente herencia. Como comentamos, los tres elementos fundamentales que modelaron la civilización griega fueron su modo particular de vida misma (del todo propiciatorio para el origen y posterior evolución a lo largo de los años de la misma mitología, en donde los griegos ricos en primer lugar, y cultos luego, pues si no, no podían tener acceso a adquirir conocimientos dentro de esa propia cultura, y disponían incluso de mucho tiempo libre, soliendo reunirse, muy habitualmente, en las denominadas «ágoras», que consistían en plazas de caracter público donde discutían, debatían, exponían ideas, pensaban y ejercitaban la mente); su topografía (la geografía de Grecia obligó a los helenos a convertirse en navegantes, algo que les puso en evidente contacto con muchos otros pueblos y conocer así su sabiduría antigua), y su lengua (la cual fomentó la especulación sobre la naturaleza de la existencia).
Todo ello llevó, finalmente, a que la mitología evolucionara tal y como conocemos, y como iremos concibiendo en esta misma guía, dando como resultado final al nacimiento de la propia filosofía en sí, tal y como sabemos.